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Para bajar la factura de la luz, más fotovoltaica

Los expertos abogan por más competencia en la hidráulica

Una de las causas del fuerte aumento de la tarifa eléctrica en los últimos meses es la falta de viento y el hecho de que una fuente renovable de bajo coste como la hidráulica se vende muy cara en el mercado mayorista. Si, como es muy probable, el mes de septiembre cerrara en torno a los 70 euros el MWh, asistiríamos a un nuevo incremento, esta vez del 3,3%.

Las fuertes subidas, que afectan solo al 35% de la factura de la luz de los usuarios acogidos al PVPC, es decir, la parte relativa al consumo, empuja ahora al Gobierno, por boca de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a tomar “medidas de choque”.

Pese a que, tras la comparecencia de la titular ante el Congreso la semana pasada, estas no se han concretado todavía, el objetivo es reducir la dependencia de los combustibles fósiles, organizar nuevas subastas para la instalación de renovables y cambiar las reglas por las que se determina la retribución a las productoras.

Por el momento, lo único cierto es la anulación del impuesto del 7% a la generación eléctrica y el impulso del bono social.

“No es razonable vender agua a precio de champán, hay que atajar esto”, afirma Jorge Torres, experto en renovables

Los principales acusados son el aumento de los derechos de emisión de CO2 –que gravan las fuentes más contaminantes y se pagan ahora cuatro veces más que el año pasado– y la subida del petróleo, que se traslada al gas.

Pero bajo la lupa de los expertos están también la falta de fotovoltaica y los altos precios que se pagan por la hidráulica en el mercado mayorista.

Sistema marginalista

En él, por cada hora del día siguiente, se ordenan diariamente las ofertas desde las fuentes que presenten el precio más bajo hasta el más alto. Al ser un sistema marginalista, sin embargo, la última central que entre a cubrir la demanda es la que establece a cuánto se pagará el MWh a todas, independientemente del precio ofertado. De esta forma, cuando –por razones meteorológicas– el aporte de las renovables más baratas al mix energético es bajo, y para satisfacer toda la demanda tienen que entrar las generadoras más caras, las de combustible fósil, estas acabarán fijando el precio de mercado.

El problema estriba en que la notable cantidad de potencia instalada de eólica (23 de los casi 100 GW totales) es muy poco útil de junio a septiembre, cuando su generación baja drásticamente. La fuente que, por el contrario, más abunda en la misma temporada, el sol, se desaprovecha, ya que la solar no alcanza ni 7 GW.

“Si tuviéramos un mix equilibrado de eólica y fotovoltaica podríamos atenuar el problema”, admite, José María González Moya, director general de APPA, la asociación nacional del sector renovable.

Por el contrario, con una curva de generación muy parecida a la de la eólica, la hidráulica se vende cara porque la industria aplica el coste oportunidad: oferta a un precio ligeramente inferior al de las fósiles para poder entrar a cubrir la demanda y, desde mayo hasta septiembre, establece el precio del mercado mayorista en un 65% de las horas, según cálculos del consultor independiente Francisco Valverde, quien aboga por introducir más competencia en este sector. 

En la misma línea, el experto de renovables Jorge Torres afirma que “no es razonable vender agua a precio de champán, hay que atajar esto”.

Reformar el sistema

El director general de APPA Renovables, José María González, pide subastas a largo plazo y a un precio fijo para nuevas instalaciones. La renovable de bajo coste más eficiente en verano es la fotovoltaica con paneles que pivotan sobre un eje, según el consultor independiente Francisco Valverde.

Para evitar que energías baratas se aprovechen de precios altos, el experto de renovables Jorge Torres cree que del sistema marginalista habría que excluir a algunas.

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