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Pymes

Nuevos (y exitosos) negocios que nacen bajo la inspiración femenina

En diez años la brecha de género emprendedora se reduce un 36%

Rocío Lumbreras y Patricia de Juan, creadoras de Drestip.
Rocío Lumbreras y Patricia de Juan, creadoras de Drestip.

La mujer tiene un protagonismo histórico en este momento. En todos los ámbitos; en el de nuevos negocios también. El último informe del Observatorio de Emprendimiento Femenino, Global Entrepre­neurship Monitor (GEM), concluye que entre 2014 y 2016 la actividad emprendedora de las mujeres aumentó un 10% a nivel mundial sobre los dos años precedentes, y que la brecha de género se redujo un 5%. El estudio cifra en 163 millones las mujeres que en 2016 se convirtieron en emprendedoras y en 111 millones las que gestionaban empresas ya establecidas.

Las cifras en España también reflejan evolución, aunque sigue habiendo distancia frente al resto. Según el GEM, la diferencia de brecha de género se ha reducido un 36% en los últimos 10 años; el 55,7% de los emprendedores son hombres y el 44,3% mujeres. Pero la tasa de actividad emprendedora femenina se sitúa en el 4,7%, frente al 6,3% de media de la Unión Europea. Y se debe a “la baja percepción de oportunidades de las españolas”.

Los motivos que llevan a una mujer en España a emprender son varios, pero la mayoría lo hacen por elección propia: “Más del 70% se adentra al mundo empresarial por las posibilidades que ofrece el mercado”. El nivel de quienes lo hacen por necesidad se ha mantenido estable en los últimos años sobre el 25,1%.

Rocío Lumbreras y Patricia de Juan son un ejemplo claro de lo que apunta el informe. Licenciadas en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y Publicidad y Relaciones Públicas, encontraron la ocasión de montar un negocio. “Nos dimos cuenta que el cliente de moda online siempre acude a las mismas multinacionales. Decidimos crear Drestip.com, un buscador que integra pymes a nivel nacional”, explica Rocío.

Cristina Aristoy, fundadora de Singularu.
Cristina Aristoy, fundadora de Singularu.

La compañía nació en 2016. Patricia trabajaba en una startup que quebró y pensó en una salida laboral. Una vez analizada la idea, llamó a Rocío, compañera de universidad, para que la acompañara en el nuevo proyecto y esta no lo dudó.

“Comenzamos con 28 pymes, tenemos ahora 230 y esperamos cerrar 2018 con unas 400. Nuestra facturación ha crecido un 752%”, comenta Rocío Lumbreras. “Somos emprendedoras que ayudan a otros emprendedores medianos y pequeños, porque les proporcionamos más visibilidad y crecimiento”, añade.

Drestip obtiene beneficios a través de las comisiones que pagan las pymes presentes en el buscador. Cobran 0,30 euros por persona que redirigen a una tienda concreta y van a empezar a implementar otra por venta.

Para el futuro, las fundadoras tienen grandes perspectivas. En España hay registradas unas 11.000 pymes de moda online, lo que deja un fuerte potencial de crecimiento del negocio y empleo (hoy son cinco trabajadoras).

Rocío y Patricia pusieron en marcha el negocio con fondos propios y después buscaron financiación ajena. Lumbreras asegura que ser mujer no ha sido un hándicap, pero sí han apreciado problemas por su juventud; las dos tienen 30 años.

El hecho de ser mujer sí supuso algún quebradero de cabeza para Cristina Aristoy, fundadora de Singularu junto con Paco Tormo. “Me he encontrado un poco de todo, es un sector muy machista. Aun así, hemos podido solucionar rápido cualquier problema”, afirma. Esta emprendedora estudió organización industrial y joyería artística.

Singularu

Singularu nació hace cuatro años como tienda online de joyería retail. En este corto periodo de tiempo ha alcanzado un éxito abrumador: en el primer semestre de 2018 la facturación ha sido de 1,6 millones de euros, prácticamente lo mismo que en 2017 (1,7 millones). “Esperamos cerrar el ejercicio en 3,5 millones”, comenta Cristina Aristoy. La media de ventas se sitúa en unas 15.000 joyas al mes.

Además de mejorar los ingresos, han comenzado a abrir tiendas físicas; dos en Valencia y una en Madrid, que acaban de inaugurar hace apenas una semana. Sus clientes pertenecen a la clase media y tienen entre 25 y 45 años.

Aristoy asegura que una de sus pretensiones es seguir creciendo en España y dar el salto internacional. “Hay que ver por dónde funciona”, manifiesta.

Con estas aspiraciones, la firma ha entrado a formar parte del Entorno Pre mercado de BME, la antesala de una posible salida a Bolsa.

El emprendimiento femenino va más allá de los nichos tradicionales del género. El estudio Mujer, pobreza y desarrollo sostenible de Copade refleja que el 54% de quienes emprenden un negocio rural son mujeres. Desarrollan actividades que tienen que ver con el turismo (ecoturismo, agroturismo, de experiencia), la artesanía y con el sector agroalimentario.

Las cifras

25 a 44 años es la edad media en la que se inician en el mundo empresarial.

163 millones de mujeres en el mundo decidieron poner en marcha un nuevo negocio en 2016.

25% de las mujeres de Europa del Sur detectan oportunidades frente al 50% de las del Norte.

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