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Tribuna
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El próximo 11S será un ciberataque

Nos enfrentamos a un nuevo crimen organizado que podría mover miles de millones de dólares

CINCO DÍAS

El 11 de septiembre de 2001 todo cambió para siempre. Una fecha que posible y tristemente recordaremos cada uno de los años que están por venir. Han pasado más de 6.000 días pero el recuerdo, para aquellos que asistimos atónitos a la barbarie, está demasiado reciente. Un atentado que hizo tambalear el equilibrio entre países, culturas, religiones, y que sacudió el mercado financiero mundial.

Seguros de vida, daños personales, reclamaciones por pérdidas de beneficios, daños a empleados y directivos, miles de viajes y eventos cancelados, entre otros siniestros. Se estima que las aseguradoras tuvimos que hacer frente a más de 50.000 millones de dólares, lo que provocó una subida de primas hasta del 40% en pólizas para empresas, más del 80% en zonas con alta exposición a catástrofes y un 300% en zonas calificadas como especialmente peligrosas.

Un atentado concentrado en una decena de hectáreas de la isla de Manhattan pero que tuvo consecuencias a nivel mundial. En nuestro sector las empresas europeas fueron las más afectadas. Los aseguradores directos y reaseguradores norteamericanos asumieron tan solo un 40% de los daños causados.

En los días posteriores muchas compañías aseguradoras tenían serias dudas de si podrían pagar todas, hacerse cargo de todas las reclamaciones y continuar siendo solventes, y resultó que algunas no pudieron. Pero el mercado sobrevivió en su conjunto, la mayoría de las compañías recaudó nuevo capital, aumentó las tasas y continuó comerciando de forma mucho más rentable que antes. El sector asegurador está formado por un sistema de redes entrecruzadas que conformamos la gran red que amortiguó la caída del mercado mundial, y gracias a esto el mundo siguió funcionando. Hace ya más de 17 años aprendimos una gran lección sobre cómo valorar el riesgo en el siglo XXI que ha hecho que esta red sea más sólida si cabe. Aseguradoras de todo el mundo comenzamos a reinventarnos a partir de esa fecha. Cuando el huracán Katrina inundó gran parte de Nueva Orleans unos años después, volvió a suceder lo mismo. Pero, ¿podría hacerse hoy también? ¿Podría sobrevivir el sector de nuevo al pánico, a pagar las pérdidas y atraer capital nuevo? ¿Podría hacer frente al próximo gran desastre?

Vivimos en un mundo conectado, donde personas, entidades públicas y privadas y empresas interactuamos entre nosotros cada día. Miles de millones de datos que confeccionan un espacio virtual que debemos proteger. No hay persona, empresa, industria o infraestructura crítica, como el sistema financiero, la red eléctrica o el sistema de agua potable, que no esté expuesta. Gobiernos y entidades privadas han multiplicado sus recursos personales, materiales y tecnológicos en ciberseguridad.

Ya sea por motivos personales, militares o económicos, existe una legión de ciberdelincuentes con conocimientos necesarios dispuestos a venderse al mayor postor. Nos enfrentamos a un nuevo crimen organizado que se estima que podría mover miles de millones de euros al año. Pero no confundamos pánico con precaución. No son ellos los únicos que evolucionan cada día. ¿Estamos preparados para un ciberataque crítico a escala global? Nadie lo puede saber. Estamos en el camino. Seguro.

Compañías y profesionales de la ciberseguridad consiguen día a día que tanto entidades públicas como privadas estemos más preparadas para prevenir el ataque, o contenerlo minimizando su impacto. Solo en Estados Unidos la inversión en ciberseguridad rondaría actualmente los 100.000 millones de dólares, y en Europa las empresas dedican entre el 10% y el 20% de su presupuesto de IT en ciberseguridad.

Por nuestra parte, las aseguradoras de todo el mundo hemos asumido el papel de concienciar del riesgo real al que nos exponemos. Invertir en prevenir antes que en contener. La pregunta dejó de ser cuándo ocurrirá este ataque para preguntarnos desde hace ya unos años qué vamos a hacer cuando suceda.

El próximo 11S será un ciberataque y en el peor de los escenarios, el sector asegurador volverá a sostener el mundo.

David Heras es Director general de Hiscox

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