Del clic al paquete en ocho minutos: así es el modelo integrado de Inditex
Lleva su nuevo formato a la emblemática flagship de Milán Es la tercera con la recogida automática de pedidos
El presidente de Inditex, Pablo Isla, fijó el martes el gran objetivo para la compañía textil de cara a los dos próximos años: ser capaces de entregar pedidos online en todos los países del mundo. Un proyecto ambicioso, del que aún no se conocen detalles operativos o de inversión, pero que va más allá del hecho de que Inditex abra su tienda online a todo el planeta. En la práctica, y siguiendo la idea de fusión entre el mundo físico y el online, supondrá tener una gran tienda global abierta las 24 horas.
Lo que llaman modelo integrado, y que se sustenta en dos aspectos fundamentales: la gestión del stock al instante a través del sistema de radiofrecuencia RFID; y el papel de las propias tiendas físicas, que actúan como centros de envío gracias a una profunda implementación tecnológica.
Algo que acaba de incorporar a una de las tiendas más importantes del mundo para el grupo: el Zara de Corso Vittorio Emanuele de Milán, una de las grandes arterias comerciales del mundo. Una tienda que, tras su apertura en 2002, fue la que más ventas generaba para Inditex en todo el planeta, y que en la actualidad se mantiene entre las cinco más importantes. "Fue la primera tienda que abrimos en Italia, un mercado de extraordinaria importancia para nosotros", detallaba Isla el martes, en un acto previo a su inauguración. Por ello, por sus 3.500 metros cuadrados de superficie, su ubicación en el antiguo Cine Astra, abierto en 1941, y por ser una de las pocas tiendas ubicadas en un inmueble propiedad de Inditex, la incorporación del nuevo modelo a esta tienda adquiere relevancia.
Esta cuenta con los tres elementos principales que la convierten en un espacio integrado. Por un lado, dispone de la conocida como cuarta sección, la online, con una selección de las prendas más reclamadas a modo de exposición para poder hacer un pedido online a través de la tienda. Es el segundo establecimiento, tras el de Stratford de Londres, que cuenta con ella. También dispone del punto de recogida automática de pedidos, desarrollado por la empresa estonia Cleveron. Una especie de buzón tras el que se esconde un almacén automatizado con capacidad para 900 paquetes. El cliente, una vez informado de que su pedido está en tienda, se acerca al buzón, y a través de una contraseña, o escaneando un código QR desde el móvil, obtiene en unos segundos su paquete. Este también se encuentra en Stratford y Marineda, A Coruña, y durante los próximos meses llegará a 14 tiendas más de Madrid, A Coruña, Bilbao o Barcelona, además de en Francia, Reino Unido, Polonia o Irlanda.
Y por último, la reformada tienda de Milán ya puede actuar como punto de envío de pedidos online, un punto crucial en la estrategia de entregar prendas en todo el mundo, y en el objetivo de hacerlo en el menor tiempo posible. En la actualidad, el periodo estándar de entrega con el que trabaja Zara es de 24 horas. Sin embargo, el envío desde tienda puede llegar a hacer posible la entrega en el día.
Si un pedido se gestiona desde los almacenes logísticos del grupo o desde tienda lo decide el sistema automatizado, que analiza instantáneamente si el establecimiento cuenta con el stock suficiente de esta prenda concreta para gestionar el pedido online, a través del sistema RFID, o lo más eficiente y rápido es que se haga desde almacén. Si se realiza desde tienda, uno de sus trabajadores se encarga de identificar la prenda, bloquearla para el envío online, empaquetarla y etiquetarla para la recogida del transportista, que es automática. Desde que el cliente hace el pedido hasta que el empleado completa ese proceso solo pasan ocho minutos. Estos puestos de empaquetado están ya presentes en algo más de un millar de tiendas, en 25 mercados distintos.
El objetivo de la compañía es que todas cuenten con esta característica. Así se aceleran procesos y se ahorran gastos logísticos. Eso sí, una tienda solo puede servir un pedido que se realice desde su país. Por ejemplo, la tienda de Milán solo puede gestionar pedidos que lleguen de Italia. Además, la venta se apunta a la estadística de la tienda desde la que sale la prenda, en tanto que esta formaba parte de su stock.
Por último, el emblemático espacio de Zara en Vittorio Emanuele también cuenta con espejos interactivos equipados con el sistema RFID, que pueden identificar las prendas que más interesen en ese momento al cliente. Este puede visualizarlas a través del espejo, y combinarlas con otras prendas o complementos disponibles en la tienda. En el lado de la sostenibilidad, la tienda también dispone de un programa que regula el uso de energía o el consumo de agua.
Una tienda con historia
Joya arquitectónica. Con la reapertura de la tienda de Vittorio Emanuele, Zara recupera una de sus tiendas más espectaculares. Ocupa el espacio de un antiguo cine construido durante la Segunda Guerra Mundial, cuya entrada está protegida ante cualquier modificación. Las escaleras con las que el cliente se encuentra al entrar, los frescos de las paredes o el suelo son originales. El cine cerró en 1999 y la tienda abrió en 2002, pero ha sufrido una importante remodelación entre marzo y septiembre. La arquitecta encargada ha intentado respetar el aroma de un espacio monumental. Cada planta cuenta con una enorme pantalla, donde antes se proyectaban las películas; la iluminación está dispuesta en raíles que evocan a las antiguas filas de butacas; y las escaleras mecánicas se han trasladado a donde se situaba el ambigú.