Por qué triunfa la cosmética coreana
Los formatos monodosis son una de sus claves Un negocio que podría alcanzar los 11.275 millones de euros
Mascarillas de un solo uso, envases con dibujos o formas de animales y precios reducidos. En los últimos años, la cosmética coreana ha dejado de ser una tendencia llamativa para asentarse definitivamente. Grandes cadenas de distribución como Sephora o Primor cuentan con líneas especiales de marcas coreanas, y se preveé que en 2020, este negocio alcance los 11.275 millones de euros, según Euromonitor.
“Al principio era sobre todo una moda, a la gente le atraía mucho por el diseño, porque era algo a lo que no estaban acostumbrados. Sin embargo, con el tiempo, el público ha visto que lo bueno de la cosmética coreana son los resultados que da”, ilustra la responsable de marketing de MiiN Korean Cosmetics, Sara Jiménez. La distribuidora abrió su primera tienda multimarca en Barcelona en 2014, y desde entonces, no ha parado de expandirse por Europa. Además de la ciudad condal, cuentan con establecimientos en Madrid, Múnich, París y Milán, que ha sido la última en abrir hace unos meses. “En el último año, hemos crecido un 30%”, explica Jiménez.
Para la cofundadora de la tienda de cosmética online Laconicum, María Martínez, los formatos son una parte fundamental en el éxito de estos productos. “Muchos son monodosis, lo que anima a comprar varios artículos diferentes sin miedo, ya que así también resultan más asequibles”, comenta la emprendedora, quien considera que estos productos también son comparativamente más baratos que los de las principales marcas de gama media.
“Apelan a la diversión y tratan de suavizar el peso de la cosmética tradicional, donde parece que hay que gastarse siempre mucho dinero y tener muy claro qué es lo que se quiere conseguir”, añade Martínez, aludiendo a las mascarillas de celulosa, el producto estrella de esta tendencia, con formas de animales.
Por su parte, Jiménez considera que el bajo precio también se debe a la fuerte competencia existente en Corea del Sur, donde se considera la cosmética prácticamente un ritual. “Allí la imagen es muy importante porque valoran que si alguien está bien por fuera, es porque también está bien por dentro”, explica. La responsable de MiiN htambién hace hincapié en el éxito de productos cuya formulación incluye ingredientes naturales que se encuentran en Asia con facilidad. Una lista en la que destacan el té verde, el arroz y el bambú.
Se trata de un sector que atrae especialmente a los más jóvenes. “Mientras que la clienta media de Laconicum suele tener más de 35 años, en el caso de la cosmética coreana, la edad baja mucho, a los 25”, señala la fundadora de la compañía. Y también llega a los hombres. “Hace unas semanas Chanel lanzó una línea de maquillaje masculina, en Corea eso es algo muy fácil de encontrar”, apunta Jiménez.