Barcelona pierde siete puestos en el ranking de ciudades más reputadas
La capital catalana pasa del puesto 8 al 15 y Madrid escala dos, hasta el 19, en el listado del Reputation Institute Por primera en siete años, importa más la seguridad que la belleza de las urbes
El desafío independentista catalán y la consecuente inestabilidad surgida a raíz del procès, así como los atentados de las Ramblas de hace un año han hecho mella en la imagen de Barcelona en el exterior. El informe City RepTrak 2018, presentado ayer por el Reputation Institute, revela que la capital catalana ha perdido siete puestos en el ranking que elabora de las ciudades más reputadas del mundo. La urbe ha pasado del puesto 8 al 15 y pierde 2,5 puntos de puntuación global, de los 79 a los 76,5.
Pese a todo, Barcelona sigue estando por delante de Madrid, que escala dos posiciones hasta el puesto 19 con una puntuación de 76 sobre 100. Lidera el listado Tokio, seguida por Sydney, Copenhague, Viena y Estocolmo. A la cola, Moscú, El Cairo, México DF, Nueva Delhi y Estambul. El estudio, que analiza las 56 ciudades del mundo con mayor PIB, población y popularidad, ha sido elaborado gracias a más de 12.000 encuestas a ciudadanos de los países del G8, atendiendo a factores relacionados con la calidad de vida (oferta turística, belleza u ocio), el nivel de desarrollo (estabilidad financiera o atracción de inversores) y la calidad institucional (seguridad, líderes respetados, o calidad de las instituciones).
“La inestabilidad política en Cataluña ha pasado factura reputacional a Barcelona”, indica el vicepresidente de cuentas globales y asociaciones del Reputation Institute, Enrique Johnson. Dentro del conjunto de factores utilizados para medir la reputación de cada urbe, es en la dimensión de calidad institucional donde más puntos pierde la capital catalana. Concretamente, en el apartado de líderes respetados y en el de bienestar social, pero también en el de seguridad. “La conjunción de los atentados y del procès son los dos componentes que más están impactando”, prosigue Johnson.
Por contra, Madrid mejora en esos atributos, beneficiada y “estrechamente ligada a la buena percepción que desde fuera se tiene sobre España”. Mientras que la capital mejora en atracción de inversores, desciende en la oferta de experiencias atractivas para los turistas: “El talón de Aquiles de Madrid son las experiencias gastronómicas, culturales y de ocio que ofrece”, indica Johnson.
Más allá del panorama nacional, por primera vez este año, el ranking muestra un descenso generalizado en la reputación de las urbes de 1,1 puntos, algo que el responsable del Reputation Institute achaca a una tendencia de “falta de confianza hacia las instituciones en general”. Otro “cambio fundamental”, es que, también por primera vez en los siete años en los que se viene elaborando el listado, la seguridad ha tenido más peso que la belleza a la hora de calificar la reputación de las urbes.
“Este es un aspecto muy relevante que explica no solo la pérdida reputacional a nivel mundial de las ciudades, sino también que Tokio se sitúe a la cabeza del ranking, mientras que México DF lo haga en el lado opuesto, en el lugar 54 de 56”, señala Johnson. En el apartado específico de seguridad, Copenhague se sitúa en el primer puesto, Tokio en el segundo y México DF en el último, con una caída de 7,2 puntos, la más importante de todas las ciudades analizadas, debido a que el país ha sufrido la mayor oleada de violencia de las últimas dos décadas.
Otro dato interesante reside en la imagen que los ciudadanos de los países del G8 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Japón, Reino Unido y Rusia) tienen de las urbes de su propio país y, en cierta medida, del orgullo patrio de cada uno. Mientras que los encuestados de los seis primeros tienden a valorar las ciudades de su país por debajo de la media, los británicos, y muy especialmente los rusos, las valoran por encima del promedio. El caso más destacado es el de Moscú. Con 51,3 puntos, es la ciudad con menos reputación de todo el ranking (puesto 56), y sin embargo, los rusos le dan una calificación media de 73,8, esto es, 22,5 puntos por encima de la puntuación general del G8.