Sisteplant, la ingeniería industrial que convierte las fábricas en bailarinas
Ágiles, inteligentes, precisas... así son las empresas a las que el grupo vasco ayuda a optimizar sus procesos de producción La compañía ha aumentado su facturación hasta los nueve millones de euros y abierto oficinas en México, Brasil y China
Después de varias décadas, el parque industrial del País Vasco se ha constituido como un referente nacional para todas las pymes españolas que desean desarrollar su actividad alrededor de la ingeniería. Sisteplant se constituye como una pieza más entre esas compañías que conforman un engranaje perfecto en el motor económico vasco.
Se trata de una pequeña empresa familiar que, con esfuerzo, logró alcanzar las cotas más altas en servicios de ingeniería industrial en el territorio nacional y ser un gigante internacional que, actualmente, factura nueve millones de euros anuales, “a pesar de haber nacido el Día de los Santos Inocentes, en 1984”, comenta su vicepresidente, José María Borda.
Desde sus comienzos, la compañía se especializó en el desarrollo de soluciones tecnológicas y herramientas de software.
El pistoletazo de salida del negocio se remonta a la década de los ochenta, cuando el actual presidente, Javier Borda, tomó las riendas de la empresa. ¿Su vocación? Aportar unas claras soluciones de optimización para los procesos productivos de las empresas de Vizcaya.
El negocio de la familia Borda inició su expansión internacional
en los noventa de la mano de clientes del Ibex
Durante los primeros atisbos de la transición española, junto a las dificultades de desarrollo en las que se encontraba el país a nivel industrial, Javier Borda se “tiró a la piscina” y cumplió su deseo de explorar un campo con poca andadura en España: soluciones tecnológicas para cualquier sector empresarial.
Sisteplant se ha ido forjando en el pequeño gigante que es hoy a través de tres grandes periodos.
Desde su nacimiento, la innovación es un valor que siempre se ha mantenido activo en la empresa. “Celebrábamos reuniones cada viernes para idear nuevas soluciones tecnológicas; mi hermano Javier puso un buzón de sugerencias y hasta nos ponía deberes para pensar en el fin de semana”, explica el vicepresidente.
En esta primera época, hasta la mitad de los noventa, los sectores en los que se desarrolló la firma eran los tradicionales que conformaban la mayor parte del PIB vasco: automoción, acerías, naval… Precisamente, este último tiene mucha influencia en el nacimiento de Sisteplant.
Los Borda provienen de una familia de antiguos marineros, por lo que siempre se han sentido inclinados a impulsar soluciones para esa industria.
Pasito a pasito, la compañía fue girando su presencia de sectores que producen en masa hacia otros que fabrican en series más cortas como, por ejemplo, la aeronáutica, donde allá por 2007 “fuimos un referente en España, subcontratados por Airbus, lo que nos llevó a trabajar para todos los proveedores de la cadena de suministro aeronáutica”, comenta Alfonso Ganzábal, director general del grupo.
La cifra
40% de la facturación de Sisteplant proviene del extranjero. Sisteplant desarrolla gran parte de su negocio fuera de las fronteras españolas, bien a través de proyectos que se dirigen desde España o que sus clientes efectúan en el resto del mundo.
A Sisteplant no hay ramo que se le resista. En el agroalimentario, por ejemplo, “fuimos posicionando nuestras herramientas de mantenimiento de infraestructuras”. Sisteplant despliega esas soluciones de software en todos los campos, generalmente en dos planos. Por una parte, desarrollan herramientas tecnológicas de información y sistemas informáticos de mantenimiento. Aunque también aplicaciones orientadas a mejorar la organización de equipos en el ámbito de la fabricación industrial.
La necesidad de reducir ineficiencias en los distintos procesos productivos, organizativos, logísticos y de gestión, es común a todas las industrias, motivo por el cual Sisteplant colabora con las empresas para mejorar su competitividad aplicando técnicas de lean manufacturing, método de origen japonés que busca nuevas formas de trabajar más ágiles y eficientes, organizando mejor al personal y reduciendo los tiempos de espera, sobrecostes y defectos de producción.
En los próximos años lanzará servicios en la nube para fábricas inteligentes y abrirá una filial en Estados Unidos
El éxito de sus clientes es el éxito de la compañía y desde la multinacional se sienten muy orgullosos de ser una extensión de valor de los equipos de sus clientes en cada proyecto.
En su segundo periodo, la firma tecnológica comenzó a tener visión de negocio más allá de las fronteras españolas. Aparte de su sede principal en Bilbao, la empresa tiene oficinas en Madrid, Sevilla y Barcelona.
Pero, además, este pequeño gigante tiene abiertas las puertas de su negocio al resto del mundo. Hace unos años comenzó su expansión internacional y hoy poseen clientes en todos los continentes, algunos de ellos cotizados del Ibex 35.
Están presentes a través de delegaciones en México (Santiago de Querétaro), Brasil (São Paulo) y China (Xuhui, distrito de Shanghái).
Este salto internacional ayudó mucho a engordar las cuentas de la compañía. Y es que las cifras no engañan, ya que el 40% de su facturación anual proviene de las operaciones llevadas a cabo en el extranjero.
Además, por cada euro que sus clientes invierten en sus proyectos se obtiene un retorno anual recurrente de 8,36 euros, cifra que pretenden aumentar hasta los 10 euros, de modo que se obtenga un retorno del 90% sobre la inversión (ROI). Tasa que sitúa a Sisteplant como una apuesta segura en la aplicación de tecnologías avanzadas de gestión, fabricación e información y que contribuye al incremento de hasta un 30% en la producción y a la reducción de costes de hasta un 25%.
A partir de la tercera época en Sisteplant (a mitad de la década de los 2000), la compañía comenzó a desarrollar el modelo Tecnoiplant con el fin de personificar la fábrica del futuro dotándola de atributos propios de una bailarina: ágil, inteligente, precisa, armoniosa, que entrena y aprende y, sobre todo, humana. Una idea repleta de simbología.
El horizonte de la multinacional gira en torno a dos ejes. El primero es “el que ha guiado toda la vida a esta compañía y en el que vamos a seguir: el driver tecnológico”, explica la CEO del grupo, Ana Santiago. Son nuevos servicios en la nube, focalizados en el ámbito de la fábrica inteligente y que se irán implementando de manera gradual hasta 2020.
Después, tienen otra parte enfocada en el modelo de negocio, “donde seguimos apostando por la internacionalización”, dice Ganzábal. “Ahora tenemos presencia en muchos países, pero nuestros clientes demandan más asistencia local. Estamos intentando abrir caminos y materializar, en breve, Sisteplant Estados Unidos”, subraya.
Principales clientes
Aeronáutica. Sisteplant ha desplegado sus herramientas y soluciones tecnológicas en la mayoría de grandes sectores, como el aeronáutico, donde cuenta con clientes como Airbus, Alestis, Aernnova o el mismo Ministerio de Defensa.
Energía. El País Vasco ha desarrollado desde hace varias generaciones un sector energético y minero potente. Acciona, Endesa, FCC, Galp Energia, Iberdrola o Repsol cuentan como sus grandes clientes en España y en el extranjero.
Administración pública. La Casa Real Española forma parte de la cartera de clientes de Sisteplant, al igual que los Mossos d’Esquadra, la Generalitat de Cataluña y los Ministerios de Fomento e Interior.
Acerías y fundiciones. Alcoa, Tubacex, Arcelor Mittal, Outo Kumpu... Los ejemplos de grandes compañías de este sector son interminables por la gran cantidad de acerías que operan en Bilbao.
Telecomunicaciones. Las tres grandes operadoras de telecomunicaciones –Movistar, Orange y Vodafone– son clientes de Sisteplant.