Cepsa promete crecer en exploración y producción de cara a su salida a Bolsa
Invertirá para elevar sus reservas en Latinoamérica y África La petrolera repartirá más del 50% del beneficio a los accionistas
Cepsa será la gran salida a la Bolsa española de 2018 si el precio del petróleo no se hunde ni aparece un inversor que compre al actual dueño, uno de los fondos soberanos de Abu Dabi, Mubadala, a un precio suficiente. Este último escenario disuadiría a la compañía de volver a la Bolsa en octubre o noviembre, como en principio está previsto.
En la reunión con los analistas de lo bancos colocadores, celebrada los pasados 24 y 25 de julio, se hizo una radiografía de las entrañas de la petrolera. Cepsa está bajo el control total del emirato desde 2011, cuando fue excluida de la Bolsa española con una valoración de 7.500 millones.
Los informes de valoración estarán listos en septiembre, pero dos de las ideas clave transmitidas a los expertos son el potente dividendo, que superará el 50% del beneficio neto, y el potencial de crecimiento en el área de exploración y producción.
Los coordinadores de la operación, en la que se prevé colocar entre el 35% y el 40% del capital, son Bank of America Merrill Lynch, Citi, Santander y Morgan Stanley. Estarán escoltados por Barclays, BNP Paribas, First Abu Dhabi Bank, Société Générale, UBS, BBVA y CaixaBank, como publicó CincoDías el pasado 24 de julio.
El precio del petróleo se ha resentido en las últimas sesiones ante el miedo a que la guerra comercial pase factura al crecimiento mundial, lo que rebajaría la demanda del oro negro. El barril de Brent cotiza en torno a 72 dólares pero está lejos de los 80 dólares que rozó a finales del pasado mes de mayo.
El precio aún está pendiente
Informes listos. Una vez concluidos los informes de los departamentos de análisis de las entidades colocadoras, los equipos de banca inversión llevarán debajo del brazo los estudios con los pros y los contras de la petrolera. Y en función del sondeo de la demanda se fijará el rango de precios. La tasación mínima de la que parten es de 10.000 millones, pero las fuentes más optimistas apuntan a 15.000 millones de euros. Esta valoración supondría que el dueño de Cepsa ingresaría unos 6.000 mllones si vende el 40% del capital.
Inversor financiero. Todavía es posible que triunfe la opción de dar entrada a un inversor privado que permita a Mubadala hacer caja. Entre los inversores que han mantenido conversaciones con Mubadala están Apollo y Blackstone. Los bancos compiten con Rothschild, cuya misión es encontrar un comprador que adquiera la participación y ahorre el salto al mercado.
Tercera vía. La tercera vía es dar entrada a un inversor clave –cornerstone, en la jerga–, que compraría en el proceso habitual de salida a Bolsa, aunque su participación sería muy relevante.
Cepsa se ha esforzado en los últimos años en ser una “compañía energética integrada”, que saca partido de toda la cadena de valor del petróleo. Sus segmentos de negocio son la exploración y producción (búsqueda y extracción de yacimientos), el refino (transformación del crudo en gasóleo, gasolina, lubricantes, queroseno y otros productos), la distribución (venta y comercialización), la petroquímica (transformación del petróleo en cosméticos, champús, detergentes productos farmacéuticos y otros), la venta de gas y electricidad, y el trading (venta de los excedentes de fabricación).
Cepsa ha sido tradicionalmente una compañía más centrada en el refino que en la obtención de crudo. El año pasado, el beneficio bruto de explotación (ebitda) reportado del área de refino supuso el 44% del total, frente al 25,1% de exploración y producción. Pero las fuertes inversiones en esta última división, con unos 4.800 millones entre 2009 y 2017, dan sus frutos y en el primer semestre de este año la exploración y producción aportó el 37,3% del beneficio neto, frente al 27,2% del refino.
En el primer semestre del año, Cepsa invirtió más de 1.600 millones de euros, la mayor parte para comprar el 20% de la concesión de dos campos petrolíferos en el mar (offshore, en la jerga) en Abu Dabi por 40 años.
El consejero delegado de la empresa anunció hace apenas un año una inversión de 40.000 millones hasta 2030
A los expertos de los bancos colocadores se les ha explicado que seguirán las compras para ampliar la cartera de exploración y producción en África y Latinoamérica, mediante proyectos de desarrollo y oportunidades de exploración. Así consta también en el informe de gestión de la compañía del año pasado. A cierre de 2017, sin incluir la última inversión, la compañía produjo más de 92.000 barriles diarios de crudo.
Pedro Miró Roig, consejero delegado de Cepsa, reveló el 27 de septiembre de 2017 que “la planificación estratégica de la compañía hasta 2030 tiene un compromiso (...) del orden de los 40.000 millones de inversión”, como puede consultarse en un documento disponible en la edición online de este periódico. Miró matizó que ni mucho menos todo el dinero se destinaría al área de exploración y producción. “De este dinero, que está redistribuido en tres paquetes de cinco años cada uno, hay una parte importante para nuevos desarrollos y energías renovables”, sentenció.
En el área de refino, con una inversión de 170 millones el año pasado, la misión es mejorar la competitividad. En distribución –este área engloba, por ejemplo, el negocio de las gasolineras–, apunta a compras en Portugal y Marruecos
La empresa tendrá otro aliciente: un alto dividendo. Desde 2011, Cepsa ha entregado más de un euro por acción, lo que supondría una rentabilidad por dividendo superior al 4% para una valoración de la compañía de unos 10.000 millones. El histórico de las retribuciones demuestra que Cepsa ha sido rumbosa con sus accionista o accionistas. En los últimos años siempre ha repartido más de la mitad de su beneficio neto ajustado (véase gráfico).