Las reglas de las fusiones chinas se consolidan
EE UU registró el año pasado 240 operaciones de inversión extranjera, un 40% más que en 2016
Aun con el aumento de las tensiones comerciales entre EE UU y China, las reglas sobre fusiones y adquisiciones están consolidándose. Transacciones como la adquisición por 44.000 millones de dólares por parte de Qualcomm de un rival, el fabricante de chips NXP, se han sumido en el caos. Los negociadores están aprendiendo a adaptarse.
La geopolítica está cerrando la puerta a la fiesta de las megafusiones internacionales. El presidente de EE UU, Donald Trump, rechazó la adquisición de Qualcomm por parte de Broadcom por 117.000 millones de dólares alegando razones de seguridad nacional. Y ahora la transacción de NXP está a merced de una disputa de amplio alcance entre Washington y Pekín.
El Comité de Inversión Extranjera estadounidense (CFIUS, por sus siglas en inglés) revisó alrededor de 240 transacciones el año pasado, un 40% más que en 2016. Las que involucran a compañías chinas han sido investigadas recientemente. Por un lado, esos compradores, siguiendo la pista de Trump, están volviendo su atención cada vez más hacia Europa.
Este año se dieron a conocer acuerdos por valor de 42.000 millones de dólares en Portugal, Alemania, Francia y España, en comparación con algo menos de 2.000 millones en EE UU.
Los términos también están cambiando. En casi una quinta parte de los casos revisados por CFIUS en 2017, las compañías propusieron medidas para reducir los riesgos de seguridad nacional, en comparación con menos de uno de cada diez casos entre 2008 y 2015.
Las propuestas incluían una reducción de las participaciones de inversión por debajo del 10%, pérdida de puestos en la junta directiva, suprimir negocios y reforzar la protección de datos, compromisos que se volverán más habituales a medida que los legisladores de Estados Unidos busquen aumentar sus poderes.
Los reguladores de China son cada vez más duros. Los compradores están preparando licencias tecnológicas más estrictas y restricciones en futuras decisiones que podrían perjudicar a los competidores chinos.
Independientemente de si estos nuevos enfoques y concesiones frenarán el rendimiento de las inversiones, los profesionales están resolviendo cómo reestructurar sus hojas de términos chino-estadounidenses.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Daniel Domínguez, es responsabilidad de CincoDías.