No es grave carecer de un ministerio ‘digital’
El único estado miembro de la UE que posee una cartera exclusiva para asuntos tecnológicos es Polonia
La reestructuración ministerial consecuencia del cambio de Gobierno parece haber levantado una cierta incomodidad en el sector tecnológico. Las asociaciones representativas del sector han manifestado su decepción de quedarse sin un ministerio que se identifique en su nombre como digital. Expertos en la materia también han lamentado la desaparición del término digital del rótulo de algún ministerio. Hay quien ha solicitado “la creación de un ministerio autónomo dedicado a los Asuntos Digitales, como por otra parte ya han realizado algunos de los países más avanzados de nuestro entorno”,
Sin embargo, no es tan frecuente en la Unión Europea que el ministerio competente en materias tecnológicas se denomine de algún modo como ministerio digital. Basta miremos hacia el Consejo de la Unión para asuntos de Telecomunicaciones, donde se debate entre los Estados miembros las materias legislativas relacionadas con la economía digital. Hasta la fecha del cambio de Gobierno en nuestro país, tan solo los ministros de siete países de la Unión (Austria, Bélgica, Grecia, Polonia, España, Suecia, Reino Unido) tenían el término digital en su título, y otros diez la palabra tecnología o comunicaciones. Es decir, el uso del vocablo digital no está tan extendido en el nombre del ministerio competente en la materia como, en principio, podríamos pensar.
Conviene, no obstante, nadar por debajo de la superficie. Nada mejor para ello que sumergirnos en el Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI, según acrónimo inglés) que evalúa el rendimiento de las políticas digitales de los Estados miembros. Si revisamos los resultados del DESI descubriremos que un simple nombre ministerio tiene escaso impacto sobre el éxito de la transformación digital.
Comencemos por fijarnos en la cabeza y cola de ranking DESI de 2018. Por una parte, el país que encabeza la clasificación, Dinamarca, tiene como ministerio responsable de la transformación digital al Ministerio de Energía, Servicios Públicos y Clima. Mientras, el último de los países en el ranking de digitalización europea es Rumania, un país cuyo departamento competente se denomina Ministerio de Comunicaciones y Sociedad de la Información. Pero la contradicción del DESI hacia el pensamiento mágico sobre el influjo del nombre de un ministerio para el éxito de su función política continua en otros detalles.
Si extendemos nuestro estudio del DESI 2018 a los primeros y últimos cinco puestos, obtenemos nuevos hechos de interés. De un lado, en tres de los cinco Estados miembros que figuran en cabeza es responsable del sector digital un ministerio denominado digital o tecnológico. Sin embargo, son más países entre los cinco últimos puestos en los que la transformación digital es liderada por un ministerio que se identifica como tal, un total de cuatro. Es más, tampoco el país que más incrementa su puntuación en el DESI (Croacia) ni el estado que avanza más posiciones (Malta) respecto al año anterior son liderados en la digitalización por un ministerio que se denomine digital.
La evolución de España en el DESI tampoco parece avalar totalmente la tesis de la bondad de la dirección de la política tecnológica nacional por un ministerio que se denomine digital. Entre los años 2014 y 2016, cuando el ministerio responsable del sector tecnológico en España no se identificaba como digital, nuestro país incrementó la puntuación en el índice de europeo en cerca de ocho puntos. Mientras, bajo el nombre de ministerio de la Agenda Digital, entre 2016 y 2018, el avance en la valoración fue de seis puntos.
Puede obtenerse algún dato más de interés al cruzar los resultados del DESI con el nombre de los ministerios competentes de la digitalización en cada país. El único Estado miembro de la UE que dispone de un departamento exclusivo para asuntos digitales es Polonia. Sin embargo, esta nación ha estado situada en el puesto veinticuatro en el DESI tanto en el año 2017 como 2018.
Como resalta Evgeny Morozov en su última obra, La locura del solucionismo tecnológico, existe una fuerte tendencia al internet-centrismo y digital-centrismo en la sociedad, que conduce a considerar inherentemente positivo todo lo que se reviste del manto digital. Quizás seamos precisamente los más cercanos al sector tecnológico lo que debamos impulsar la huida del fetichismo digital. También en el nombre del ministerio cuyas competencias más directamente inciden sobre la digitalización.
Emilio García García es ExPresidente de ASTIC