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El mercado único digital europeo sigue quedando lejos

A Deutsche Telekom, Vodafone o Telefónica les decepcionará el débil intento del bloque de impulsar la inversión en redes 5G ultrarrápidas

Cartel del 5G en el Mobile World Congress de Barcelona.
Cartel del 5G en el Mobile World Congress de Barcelona.REUTERS

Un nuevo conjunto de normas hace poco por el llamado “mercado único digital”. El miércoles, el Consejo Europeo y el Parlamento aprobaron finalmente un código regulador propuesto por la Comisión Europea en 2016, que impone un tope a las tarifas de las llamadas transfronterizas dentro del bloque en 19 céntimos por minuto, frente a la media de 60 céntimos (según un estudio de la asociación de consumidores BEUC de 2016). Es un golpe para los operadores, que se suma a la abolición el año pasado de las tarifas de roaming.

A Deutsche Telekom, Vodafone o Telefónica también les decepcionará el débil intento del bloque de impulsar la inversión en redes 5G ultrarrápidas. La duración mínima de la licencia, de 20 años, es inferior a los 25 previstos inicialmente. Eso pone difícil persuadir a los accionistas escépticos de que se pueden obtener beneficios desarrollando el costoso 5G, que la Comisión calcula que costará unos 60.000 millones en Europa.

Es cierto que Bruselas ha dejado algunas migajas para las telecos frustradas por tener que lidiar con un mosaico de reguladores estatales. La UE ha formalizado su preferencia por modelos empresariales centrados en el desarrollo del 5G y la banda ancha de fibra, y puede anular las regulaciones nacionales que considere que se apartan de su marco.

Pero el mercado europeo de telecos sigue estando mucho más fragmentado que el chino o el de EE UU. China Mobile o Verizon tienen casi tres veces el tamaño de Deutsche Telekom por capitalización bursátil. Ningún operador tiene una presencia importante a la vez en Alemania, Gran Bretaña y Francia. Las políticas que podrían crear un verdadero mercado único digital, como la subasta centralizada del espectro, son impensables, ya que los Estados se niegan a ceder el control sobre esa importante fuente de ingresos.

Los reguladores europeos podrían argumentar que más tamaño no implica ca mayor inversión, pero Sprint y T-Mobile están defendiendo lo contrario ante los reguladores de EE UU al presentar su fusión como el nacimiento de un adalid del 5G. Probablemente serán mejor recibidos que sus pares europeos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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