Los camioneros conducen Brasil a un agujero fiscal
Su huelga ha provocado cesiones del Gobierno que evocan las de la izquierda
Puede que los camioneros en huelga de Brasil estén llevando el país a un agujero fiscal. Exigen el abaratamiento del diésel y han conseguido cesiones del Gobierno, pero el fantasma de los subsidios a los combustibles y la intromisión estatal en Petroleo Brasileiro han afectado a la inversión y la moneda, lo cual solo podría empeorar los problemas de los camioneros. La laxitud fiscal no es solución.
La protesta, provocada por la subida del crudo y el debilitamiento del real, ha afectado al abastecimiento, las exportaciones o los hospitales, y podría frenar un lento retorno al crecimiento.
Las concesiones del Gobierno promercado de Temer, sin embargo, evocan las de predecesores izquierdistas, cuya incontinencia fiscal y el uso de Petrobras como herramienta de política social ha estado tratando de corregir Temer desde que asumió el cargo en 2016. Las medidas incluyen subsidios al diésel del 12%, una congelación de precios subsiguiente de 60 días y reducciones de los peajes, con un coste total de 2.500 millones de dólares. Petrobras ajustará ahora los precios del diésel cada mes en lugar de a diario.
Las medidas parecen haber reducido las protestas, que duran ya nueve días, pero no les han puesto fin. Algunos camioneros quieren mayores recortes de precios. La acción de Petrobras se vio sacudida por el anuncio de Temer: cayó un 15% el lunes antes de repuntar el martes. El real también se ha debilitado, ante la preocupación de los inversores por las perspectivas de déficit presupuestario.
La huelga pone de relieve un tema clave en las próximas elecciones presidenciales de octubre. El país necesita disciplina fiscal para prosperar, pero eso podría provocar más protestas. Pragmáticos como Henrique Meirelles, el ex ministro de Finanzas que se postulará por el partido gobernante MDB porque Temer es demasiado impopular, van peor en los sondeos que populistas como Jair Bolsonaro, admirador de los gobiernos militares.
Una solución práctica a medio plazo a la volatilidad del combustible puede ser aumentar la competencia en el sector, al tiempo que se usan tipos impositivos flexibles para absorber los shocks, como ha sugerido Meirelles. Pero la contabilidad pública tendrían que estar en orden. Por el momento, no parece que los brasileños estén a favor.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.