El multimillonario Joseph Safra negocia la compra de la sede de FCC a Gorbea
Oferta 115 millones por el inmueble a través del banco Safra Sarasin El grupo de Slim fracasa en la renegociación del alquiler hasta 2030
El magnate brasileño Joseph Safra está muy cerca de hacerse con la sede central de FCC en Madrid. Negocia con la empresa familiar Gorbea, propietaria del inmueble, y lo hace a través de la entidad de banca suiza Safra Sarasin. La oferta es de unos 115 millones de euros, según apuntan fuentes del sector inmobiliario.
El cuartel general de la constructora controlada por Carlos Slim fue inaugurado en noviembre de 2012, tras un acuerdo por el que Gorbea Arrendamientos desembolsó alrededor de 80 millones. FCC realizó la obra por 48,7 millones y vendió el terreno, quedándose como inquilino con un contrato a largo plazo. Las fuentes consultadas aseguran que alcanza hasta finales de 2030 y cuenta con dos prórrogas de cinco años cada una a opción del inquilino.
El hecho es que FCC está pagando en las afueras precios cercanos a los del eje de la Castellana, ante lo que el equipo directivo de Slim ha intentado negociar a la baja la renta anual. Y lo ha hecho sin éxito. El precio es fijo, actualizándose con el IPC, y la compañía seguiría pagando durante la vida del contrato incluso si abandona la sede, según confirman fuentes conocedoras de los contactos. Un contexto en el que carece de capacidad de presión.
El cuartel general de la constructora controlada por Carlos Slim fue inaugurado en noviembre de 2012, tras un acuerdo por el que Gorbea Arrendamientos desembolsó alrededor de 80 millones
El edificio, en el barrio de Las Tablas, es vecino de sedes como la de Telefónica, BBVA, Sabadell o BT. Tiene 21.000 metros cuadrados y ofrece capacidad para 1.500 empleados. El reto de FCC es llenarlo, con trabajadores asentados en otros centros menores, para rentabilizar un alquiler al que contribuye cada una de las filiales en función del espacio ocupado.
Los caseros de FCC, la familia Gorbea, hicieron fortuna como dueños de varios cines y, posteriormente, con inversiones inmobiliarias de mayor calado. Son impulsores de salas como Princesa, Retiro y Majadahonda, en Madrid; Floridabanca en Barcelona, o multicines en Zaragoza, Cuenca y Guadalajara.
El brasileño Safra, por su parte, es uno de los hombres más ricos del mundo, con un patrimonio cercano a los 20.000 millones de dólares, según estima la revista Forbes. En sus orígenes, la familia tuvo comerciantes y banqueros sirios, de Alepo, más tarde trasladados a Beirut (Líbano) y finalmente asentados en Brasil. En el gigante latinoamericano controlan el banco Safra, uno de los diez mayores del país, además de contar con un holding empresarial que dispone de una entidad financiera en Nueva York y el helvético Safra Sarasin. Su grupo también protagonizó en 2014 una de las mayores operaciones inmobiliarias de la historia por un solo activo, cuando adquirió por más de 830 millones de euros el edificio The Gherkin (el pepinillo) en Londres. También ese año se hizo con la compañía bananera estadounidense Chiquita por 1.100 millones.
La potencial transacción en Madrid se produce en un entorno de elevado interés entre los inversores internacionales por adquirir inmuebles de calidad en España. La competencia es dura tras el despertar del inmobiliario como una inversión atractiva.