El Gobierno quiere que los profesores de universidad puedan emprender
El ministerio prepara un plan que involucre a los docentes en los proyectos Hoy, muchos no lo hacen por miedo a no promocionar si dejan de lado la enseñanza
Que la universidad debería estar más próxima al mercado laboral es algo que suele repetirse en todos los círculos relacionados con el mundo emprendedor. “En los campus hay sinergias perfectas que tenemos que aprovechar. Hace unos años, la universidad dio la espalda a esta realidad, pero esa decisión se está corrigiendo poco a poco”, explicó ayer el rector de la Universidad CEU San Pablo, Antonio Calvo. Lo hizo durante la jornada El emprendimiento en las universidades, organizada por la división de startups de Calidad Pascual, en la que la empresa de alimentación dio a conocer los tres proyectos finalistas en esta edición de los premios a futuros emprendedores.
Acercar la empresa al aula no es una tarea que corresponda únicamente a las organizaciones privadas. También tiene mucho que decir el mundo académico. Por eso, con este motivo, el secretario general de universidades del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Jorge Sainz, puso sobre la mesa una pequeña radiografía de uno de los planes que prepara el Gobierno para impulsar el emprendimiento en los campus. “Hace unos años, al llegar al Ministerio, planteamos un programa junto a Industria y la Conferencia de Rectores para fomentar todas estas actividades”, prosiguió. La idea que se baraja, y que cobrará forma el próximo mes de noviembre, es un proyecto piloto similar al que hace más de tres décadas se implantó con el objetivo de impulsar la investigación de los docentes.
Entonces, con la investigación sucedía algo parecido a lo que ocurre hoy con todo lo que rodea al emprendimiento. “Muchos profesores tienen recelo a vincularse con proyectos alejados de la enseñanza tradicional por miedo a quedar fuera de futuras promociones y ascensos dentro de la universidad”, alegó Sainz. Ahora, si todo marcha tal y como está previsto, al igual que se implantaron los sexenios de investigación para que los docentes se centrasen en el estudio durante seis años, verán la luz los “sexenios de transferencia, para que los profesores se vuelquen en la creación de empresas y de otros proyectos sociales junto a sus alumnos”, recalcó. Con esta medida, se dará forma a diferentes tipos de incentivos profesionales para que los docentes no tengan miedo a centrarse en este tipo de proyectos.
Esta medida que está fraguándose es, en opinión de Antonio Calvo, un avance fundamental que da en la diana y empieza a poner a la universidad en el lugar que le corresponde. Con él coincidió el director de transformación digital de Calidad Pascual, Javier Paniagua: “Ayudará a que en España empiece a verse con mucha más fuerza la capacidad que tenemos en las universidades, tanto por parte de los profesores como por la de los estudiantes”. Y es que, aseguraron los expertos, que el personal docente se involucre en los proyectos, los tutorice, impulse, asesore y participe, dará un impulso abismal a todo el sector.
Así son los tres finalistas
Como prueba del potencial de los jóvenes españoles, aseguró Paniagua, “solo hace falta mirar a los tres proyectos finalistas del premio de Calidad Pascual, por el que el ganador recibirá observación y asesoramiento profesional con expertos de la compañía y varios de sus partners. Por un lado se encuentra Touchable, un proyecto centrado en el diseño e investigación de una nueva tecnología PUI (Paper User Interface) junto al desarrollo de dispositivos tecnológicos, planteado como un cubo interactivo para la digitalización del mundo real, que es capaz de transformar cualquier superficie física en una pantalla o interfaz táctil.
Por otro lado se encuentra Cuore di caffè, una idea que introduce betaglucanos (fibra de origen vegetal) en un soluble de café para proteger la salud cardiovascular, ayudando a la prevención de enfermedades debidas al colesterol. Por último está The Ifs, un juguete educativo basado en pequeños robots que permite enseñar a programar a niños a partir de tres años, utilizando un nuevo método de interacción.