Nadal y Federer, la rivalidad perfecta
Llevan años enfrentándose, ganándose el uno al otro, pero nunca han perdido las formas dentro ni fuera de la pista Son competitivos e implacables, pero por encima de todo se respetan
Son adversarios ejemplares. Durante más de una década, Rafa Nadal (Manacor, 1986) y Roger Federer (Basilea, Suiza, 1981) han mantenido una relación deportiva bajo el manto de la rivalidad. Sobre la cancha de tenis son competitivos e implacables el uno con el otro, pero siempre manteniendo el respeto y la cordialidad. No en vano, cuando el manacorí presentó al mundo entero en noviembre de 2016 su proyecto más personal, Rafa Nadal Academy by Movistar, el legado de una carrera sacrificada y dura, no quiso hacerlo solo: deseó tener a su lado a su contrincante más duro, al deportista suizo. Todo esto lo exponen los expertos en este deporte Antonio Arenas y Rafael Plaza en el libro Rafa & Roger (Libros Cúpula).
“No solo han protagonizado una de las mayores rivalidades de nuestro deporte, ellos han conseguido elevar el tenis a una nueva dimensión. Sus enfrentamientos han despertado la atención de todo el mundo y han conseguido que miles de personas conociesen este deporte”, apunta una de las leyendas del tenis español, Manolo Santana, quien afirma que los partidos entre ambos son uno de los tesoros más grandes que jamás podrá tener este deporte. Son un ejemplo a seguir. “No solo por su tremenda calidad tenística, sino por los valores humanos que encarnan y por las virtudes que demuestran tanto dentro como fuera de la pista”, prosigue Santana. En su opinión, además de la rivalidad y de los logros deportivos, han dejado gestos que los hacen más grandes aún. “Han vivido momentos que les han unido para siempre, y ese vínculo es tan fuerte que nos ha hecho a los demás sentirnos partícipes de todo ello. Han compartido lágrimas, se han reído hasta desternillarse, se han consolado mutuamente, se han felicitado constantemente, y hasta han competido juntos en el mismo equipo”, destaca el hoy presidente honorífico de Mutua Madrid Open.
Durante años, a los dos se les ha etiquetado: Nadal siempre ha recibido el calificativo de luchador, mientras a Federer se le consideraba talentoso. Los autores del libro reconocen que ninguno de los dos ha aprobado nunca este “sello simplista y excluyente”. En opinión del tenista español, “siempre se ha magnificado mucho mi espíritu, mi fuerza interior, mi lucha y mi entrega. Creo que los he tenido, es evidente, pero hay mucha gente que los tiene”. Pero también advierte de que “uno no gana lo que he ganado yo, si tenísticamente no está superdotado”. Porque el talento, señala Nadal, es algo que la gente confunde: “No es jugar bonito o golpear muy fuerte la pelota”. En el tenis, y en todo el deporte, el objetivo final es ganar. “El que gana más es el que tiene más talento. Es el que consigue hacer una determinada actividad mejor”, afirma el tenista, que siempre ha huido de las grandes euforias cuando logra un triunfo, como tampoco tiende al dramatismo cuando sobre él se cierne la adversidad.
Por su parte, el jugador suizo es cauto a la hora de calificar su relación con Nadal como de una rivalidad perfecta, pero siempre hemos tenido “muchísimo respeto el uno por el otro”. Y recuerda que cuando Rafa llegó al circuito era muy tímido y respetuoso con el deporte y con aquellos que estaban en el top, especialmente con Federer, que era el número uno. “Él estaba de acuerdo con lo que yo decía. Luego desarrolló su propia personalidad, con sus propias opiniones. Eso fue muy interesante para mí, ver cómo Rafa fue creciendo y convirtiéndose en el campeón que es hoy”. A lo que Nadal apostilla: “Siempre hemos mantenido que lo que pase fuera de la pista no afecta a lo que pase dentro. Creo que ese es el éxito de nuestra rivalidad”.
Los consejos de Anna Wintour
La ropa que llevan en la pista. No es un tema menor la imagen que ambos jugadores quieren transmitir con su vestimenta. Tanto a Nadal como a Federer los viste Nike, que ha creado una línea personalizada para cada uno de ellos. El suizo lleva sus iniciales y el español, los cuernos de un toro.
La vestimenta fuera de pista. La editora de la revista Vogue, Anna Wintour, cambió la forma de vestir de Federer, aconsejándole qué elegir en una sesión de fotos, en el acto de un patrocinador o en una aparición en público. Acabó con un corte de pelo desfasado y con un estilo lejano a la elegancia actual del tenista.