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La obra mas conocida de Caccini no es de Caccini.

«… quien engañe, encontrara siempre quien se deje engañar. Todos ven lo que tú aparentas, pocos advierten lo que eres y estos pocos no se atreverán a ponerse en contra de la mayoría..."

Nicolás Maquiavelo

Ave María (anónimo)

Vladimir Vavilov (laud)Mark Shakhin (organo)Nadezhda Weiner (mezzosoprano)

En la creación musical se llama “engaño musical” (también llamado “bulo musical” o “mistificación musical”) a una pieza de música compuesta por alguien pero intencionalmente atribuida a otro, o, en el mejor de los casos, compuesta en el estilo de otro compositor para el lucimiento/entretenimiento del interprete. Un ejemplo muy notorio lo tenemos en el famoso «Ave María» atribuido a Giulio Caccini, compositor italiano del siglo XVI, pero no fue él quien la compuso, sino un músico contemporáneo ruso: Vladimir Vavilov (1925-1973).

Giulio Caccini (1550-1618) autor completamente desconocido actualmente a no ser por la obra que nos ocupa, fue un compositor, cantante e instrumentista italiano del siglo XVII. Pasó a la histopria de la música por sus habilidades como instrumentista de clave, el laúd, el arpa y la cítara pero sobretodo como cantante. Vivió gran parte de su vida en Florencia, al servicio de la familia Médici. Como hecho más relevante de su estancia en la corte de los Medicis cabe destacar que formó parte de la famosa Camerata Florentina, grupo de humanistas, músicos, poetas e intelectuales de finales del renacimiento unidos bajo el patrocinio del conde Giovanni de' Bardi y a los que se debe la invención de la ópera como género musical.

Por otro lado, Vladimir Vavilov (1925-1973), fue un compositor ruso e instrumentista del laúd, especialista en música renacentista, que con frecuencia atribuía de manera sistemática sus composiciones a otros compositores. Se desconoce el por qué de esta forma de actuar de Vavilop, pero todas sus composiciones siempre aparecen atribuidas a músicos generalmente antiguos por lo que resultaba fácil presentarla como exhumaciones de obras olvidadas fruto de una labor de investigación musicológica. La verdad es que si este fuera el propósito, el trabajo estaría muy mal hecho, dado que las obras sonaban sospechosamente con las tonalidades de un romanticismo muy posterior al tiempo de las supuestamente originales.

La hija de Vladimir Vavilop, Tamara, llegó a justificar la conducta en el hecho de que una composición firmada por un desconocido autor con un apellido corriente no tendría futuro. Pero el enigma sigue vivo, ya que el argumento de Tamara no es del todo convincente. También existe la teoría de que en la Rusia del terror de Stalin, pasar desapercibido era el mejor seguro de vida para un compositor. La atribución por parte de Vavilop de sus obras a autores lejanos en el tiempo y en cierta manera desconocidos, le permitiría desarrollar su labor compositiva sin problemas políticos.

En 1970 Vavilov edito un LP titulado “Música de laúd de los siglos XVI-XVII”, pero a pesar del nombre del disco, fue él mismo compuso casi todas las piezas grabadas. Atribuyó todas las piezas a compositores barrocos o renacentistas, incluso sin que cuadrasen con el estilo que tenían estos. Curiosamente en este LP, Vladimir Vavilov editó y registró el «Ave María» como una pieza anónima, y nadie sabe por qué, después de la muerte de Vavilov, Mark Shakhin (el organista que participó en la grabación del LP) atribuyó la obra a Giulio Caccini. A pesar de todo, el engaño continúa sobreviviendo y son abundantes los equívocos y las versiones (a cual más esperpéntica y alejada de la forma de componer de Caccini) que se continúan haciendo.

«Ave Maria» de Vavilop (atribuido erróneamente a Caccini)

Andrea Bocelli (tenor)

Orchestra dell'Accademia Nazionale di Santa Cecilia

Myung-whun Chung (director)

Empezamos la semana en medio de la polémica sobre el Master de Cifuentes y, por extensión, a todo su Curriculum Vitae. El Ministro de Hacienda Cristóbal Montoro incluso esta mañana en una entrevista en el diario "El Mundo" llegaba a decir que «yo no entiendo esa obsesión de Cifuentes por los títulos». El se lo preguntará, pero lo que nos han venido contando del caso de Pablo Casado y su máster en Harvard (pero cursado en Aravaca), o las dudas que ahora suscita el Curso de postgrado de María Dolores de Cospedal con el catedrático responsable del Máster de Cifuentes o la reciente y generalizada revisión a la baja de los Curriculum Vitae de todos los políticos, nos viene a confirmar que lo que hemos descubierto en éstos días es una práctica habitual y, a la vez, consentida por todos. Perfecta pantalla para cubrir la ineptitud de muchos de los gobernantes con papeles prefabricados a su antojo.

Si eso solo fuera en el ámbito académico incluso hasta podría tener su gracia. Pero mucho me temo que la actividad de enmascaramiento se ha dispersado a todo lo manejable por estas autoridades. Más que el Curriculum vitae de la Cifuentes deberíamos estar interesados en conocer el verdadero curriculum vitae de la economía. Las preguntas pertinentes serían ¿Por que una economía como la americana con supuesto pleno empleo tiene a un presidente que habla constantemente de que los chinos le roba empleos?. Si fueran solo palabras, podrái ser puramente un chascarrillo, pero es que con este argumento, ha iniciado una guerra comercial con China.

Otra pregunta, ¿Cómo una economía com la americana, creciendo por encima de su potencial, tiene un déficit presupuestario creciente? ¿Por que se ha aumentado el ritmo de crecimiento de la deuda desde mediados del 2016 a los 2.800 Millones de $ diarios (desde el 2014 el ritmo estaba en los 2.200 millones/día)?. ¿Por que es necesaria una expansión fiscal en un momento de pleno empleo y crecimiento por encima de su potencial?

«Disidentia: ¿Tú crees que las encuestan tienen un sesgo cada vez más marcado?Rosa Diez: No es que tengan un sesgo, es que no se hacen para saber lo que piensa la gente: se hacen para orientar el voto de la gente. Y lo consiguen: de hecho lo han conseguido porque crean una percepción, o sea, construyen una percepción.»

Entrevista a Rosa Diez en el diario digital «Disidentia». (el subrayado es mío)

Violin Concerto No. 8 in D major "Adélaïde" de W. A. Mozart - KV C 14.05 (Anh. 294a) Mela Tenenbaum, violinCzech Philharmonic OrchestraRichard Kapp (director)

El «Adélaïde Concerto» es el sobrenombre del concierto para violín Nº 8 en Re mayor atribuido a Wolfgang Amadeus Mozart con número de catálogo K. Anh. 294a (en la tercera edición del catálogo estandar Köchel de las obras de Mozart). Desconocido hasta el siglo XX, posteriormente se descubrió que era realmente una obra compuesta en 1933 por el violinista y compositor francés Marius Casadesus (1892-1981). Muchos músicos creyeron en la autoría de Mozart existiendo incluso una grabación de la obra por el famoso violinista inglés Yehudi Menuhin. Todo estaba decidido para hacer del descubrimiento un hecho más relevante de lo que parecía. El sobrenombre de Adelaide, venía dado por una supuesta dedicatoria de la obra a Madame Adélaïde de France (la hija mayor de Luis XV) a la que Mozart conoció con apenas 10 años en su visita a París. No obstante, el descubrimiento fue puesto en duda por el musicólogo Alfred Einstein, quien dudó siempre de la autoría de Mozart. Finalmente el entuerto se descubrió cuando el propio Casadesus acabó reconociendo ser el autor de la obra en un juicio en 1977.

El entorno de las obras para violín de Mozart era, en cierto modo, propicio para el engaño. Solo se han confirmado como obras de Mozart sus primeros 5 conciertos para violín. Compuestos en su etapa juvenil (contaba con 19 años) en Salzburgo. Los compuso en un tiempo record mientras ocupaba una plaza de primer violín en la Orquesta de la Corte del Príncipe-Arzobispo de Salzburgo Colloredo.

El concierto para violin Nº 6 en Mi bemol mayor, con número de catálogo K. 268, aunque fue dado como auténtico por Constanza (la viuda de Mozart) hoy se sabe que es una obra de Johann Friedrich Eck (basado en temas de Mozart e imitando su estilo). El Concierto para violín Nº 7 en Re mayor, con número de catálogo K. 271, conocido como «Kolb Concerto» sin embargo su autoría por Mozart está todavía en debate. Alfred Einstein interpreta que el trabajo se basó en un boceto de un concierto para violín de Mozart (de alrededor de 1777) que quedó inacabado al que se le añadieron pasajes durante el siglo XIX. Por el contrario, el musicólogo Friedrich Blume, esta completamente convencido de la autoría de Mozart.

Celia Cruz - La Vida Es Un Carnaval

La realidad (con minúsculas) está llena de máscaras y engaños que conviven con la verdad en un inmenso festivo “carnaval diario” de acontecimientos. Para gestionar bien nuestra vida, hay que marginar la apariencia y el engaño para quedarnos con solo la REALIDAD (con mayúsculas). El arte es un poderoso aliado, pero igualmente un fuerte enemigo si se cae en la cursilería y se utiliza como pantalla. Puede llegar a convertirse en un inmenso engaño más.

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