Atlantia tomará Abertis con 1.000 millones de ebitda en autopistas casi vencidas
Seis de sus concesiones en España y Brasil expiran entre este año y 2021 El grupo ha diseñado nuevas inversiones por 4.000 millones para renovar el negocio
Abertis afronta la reestructuración accionarial, ante la opa compartida de Atlantia, ACS y Hochtief, con el desafío de sustituir con nuevos activos la fuerte carga de negocio que va a perder a corto plazo. Sus autopistas más maduras empiezan a vencer, un fenómeno que no se limita al mercado español. En tres años devolverá concesiones que aportan 1.000 millones de ebitda anual, sobre un total de 3.480 millones obtenidos en 2017. El rally inversor de los tres últimos años, con 7.000 millones, busca sustituir esta parte del negocio prácticamente finiquitada. Cifra a la que se sumarán planes por otros 4.000 millones hasta 2020.
El grupo que dirige José Aljaro se despide en 2019 de Aumar, concesión que entregó 248 millones de ebitda el año pasado. Y el plazo de explotación de Acesa, el gran activo del grupo en España, expira en 2021. Esta última contribuye con 411 millones al ebitda global.
La concesión catalana Invicat también revierte a la Administración en 2021, y su peso en el beneficio bruto de explotación en el último ejercicio fue de 101 millones.
En España expiran concesiones con 760 millones de ebitda, de los 1.112 millones generados por Abertis en este país
En tres años, y solo en España, Abertis habrá devuelto concesiones con un aporte anual de 760 millones de ebitda, de los 1.112 millones originados en este país tras un margen bruto del 82%. En ninguno de los casos es previsible que la Administración acceda a ampliar los plazos de explotación a cambio de inversiones en mejoras.
La vía rápida para que la Administración haga caja con estas infraestructuras es volver a licitarlas, trasladando además al sector privado el millonario coste de mantenimiento (164 millones en 2017). Pero pesa una fuerte presión popular en contra de mantener el pago por uso en carreteras que han amortizado ya el coste de construcción, mientras en otras zonas de España las autovías se conservan con fondos públicos.
En este sentido, el presidente de Abertis, Salvador Alemany, apuntó la semana pasada en la junta de accionistas que “los problemas (de la red española) ya no se resuelven actuando puntualmente sobre una concesión de próximo vencimiento, sino que se requiere un rediseño que armonice el sistema y lo haga equitativo”.
Esto se traduce en la implantación del pago por uso en la red de alta capacidad, debate que empieza a calar en el Congreso de los Diputados, donde el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha pedido un pacto a las principales fuerzas para no quedarse en solitario con la patata caliente.
Abertis se ha ofrecido, como el resto el sector concesional, a participar en la implantación y gestión. Pero incluso en el caso de que el sector público opte por no mezclar en este asunto a los operadores privados, las concesionarias ya se verían ganadoras al dejar de competir en España con la gratuidad de las autovías.
La vía rápida para que la Administración haga caja con estas infraestructuras es volver a licitarlas, trasladando además al sector privado el millonario coste de mantenimiento. Pero pesa una fuerte presión popular en contra
Al margen del mercado local, el cuadro de vencimientos de concesiones incluye la reversión en este 2018 de la brasileña Vianorte, y en 2019 de Autovías y Centrovías. El aporte de las tres al resultado de explotación de Abertis suma 192 millones, casi la mitad de los 429 millones que declara la filial brasileña Arteris.
El tráfico en ese mercado se ha dado la vuelta en el último año, con un crecimiento del 3,2% en las autopistas de la compañía, y la apuesta se mantiene. Abertis tratará de compensar el negocio que finaliza con inversiones como los 330 millones en la duplicación de parte de la Regis Bittencourt, o la adjudicación por 30 años de la concesión Vía Paulista.
El grupo tiene un fin de plazo este año en Argentina, el de GCO y sus 33 millones de ebitda, y espera el de Ausol en 2020, con sus 38 millones de ebitda anual. En el primer caso ultima un acuerdo con el Gobierno para invertir 250 millones de dólares en mejoras a cambio de 12 años de extensión en la concesión, y en el segundo tiene por firmar un acuerdo por que se ganarán diez años al comprometerse obras por 430 millones de dolares.