Un mes decisivo para Duro Felguera
La empresa asturiana vende su sede de Madrid al fondo Signal. Rothschild y Fidentiis buscan inversores para cubrir los 125 millones que necesita
La supervivencia de Duro Felguera sigue en el aire, aunque acaba de conseguir un balón de oxígeno. La ingeniería asturiana ha logrado vender su sede en Madrid al fondo británico Signal Capital Partners por 30 millones de euros, lo que supone una inyección de liquidez de 10 millones de euros para su delicada salud, que se descuentan de los 25 millones que necesita para seguir con su actividad diaria.
Banco Sabadell estuvo muy cerca de cerrar la compra de este edificio a finales de 2017, pero al final la ingeniería y el banco presidido por Josep Oliu no llegó a buen puerto. En esta ocasión el precio que se barajaba era de 33 millones de euros. Esta era una de las condiciones impuestas por la banca acreedora, que está pendiente de la concesión de avales para la compañía. Pero no era la única reclamación, ni la más importante.
La compañía asturiana ha recibido un ultimátum de los bancos para que en un mes encuentre uno o varios socios que cubran la ampliación de capital de 100 millones a 125 millones de euros que necesita para evitar el concurso de acreedores, una vez que se ha descartado la participación de miembros del consejo de administración en dicha inyección.
El objetivo es que esta ampliación de capital se lleve a cabo en este primer semestre del año si quiere enterrar la sombra de un concurso de acreedores ya solicitado por algunas. La vieja guardia de la compañía, encabezada por Inversiones Somió (24,39%) e Inversiones Río Magdalena (10%) también ha solicitado que la empresa acuda al preconcurso, pero se ha encontrado con la negativa de la banca, que espera aún una solución menos drástica.
La búsqueda de estos socios para reforzar el capital de Duro Felguera es una condición imprescindible que han impuesto los bancos acreedores para otorgar avales a la compañía. Y para encontrar inversores se ha contratado a las firmas de inversión Rothschild y Fidentiis Gestión. Duro Felguera necesita estos socios si quiere llegar al 15 de abril con el capital reforzado para que la banca acepte reestructurar su deuda con una quita del 70%. Banco Santander, Sabadell, CaixaBank, Bankia y BBVA forman el pool financiero de acreedores. El objetivo final es que la banca se quede con el 6% del capital de la compañía tras reestructurar su deuda y transformarla en capital.
Los miembros del consejo de administración solo contarían con un 3% del capital de Duro Felguera, mientras que el proyecto pasa por que los nuevos inversores controlen el 91% de la empresa asturiana. La compañía, de hecho, cuenta con un plan de negocio hasta 2022, lo que permitiría, según explican fuentes conocedoras de la situación de Duro Felguera, obtener a los posibles fondos de inversión interesados en la firma una rentabilidad entre el 20% al 25% en unos cinco años.
La contratación de las firmas de inversión para que busquen inversores se produce una vez que se ha descartado ya la opción de algunos empresarios vinculados al consejo liderada por el asturiano Blas Herrero. Al parecer, y según varias fuentes, el dinero que aseguraban que inyectarían estos empresarios no se ha conseguido, por lo que no acudirán a la ampliación de capital. Su antiguo presidente, Ángel del Valle, habría intentado que los fondos KKR y el británico Bybrook Capital asumieran el control del capital de la empresa asturiana. De hecho, ambos fondos presentaron ofertas formales por Duro Felguera, pero finalmente retiraron sus propuestas ante la incertidumbre sobre la capacidad que tendrá la compañía para sobrevivir a medio plazo.
Mientras, la compañía sigue sin presentar sus resultados de 2017, en los que cargará prácticamente todo su saneamiento, para empezar el presente ejercicio con las cuentas lo más limpias posibles. La firma no ha logrado que la CNMV amplíe el plazo para entregar los resultados al 9 de marzo, aunque lo ha intentado.
Eso sí, la empresa tiene sobre la mesa una propuesta de ERE que afectará a unos 600 empleados, de una plantilla de 2.200 trabajadores.
Cambiando de asunto. La banca ya ha dado carpetazo a la crisis financiera que derivó en la desaparición de más de 42 entidades bancarias, principalmente cajas de ahorros, cuyo sector ha desaparecido. Es por esta razón por la que ya todos los bancos españoles han puesto en marcha planes estratégicos a tres años, algo que varias firmas habían guardado en un cajón a la espera de mejores tiempos, que parece que han llegado.
Es cierto que Santander y CaixaBank cuentan con planes desde hace varios ejercicios pese a la crisis financiera, y que renovarán el próximo ejercicio. Pero ha sido Bankia, Sabadell, Abanca (que ya tenía), o Ibercaja, que lo presentará en dos semanas tras finalizar el anterior, los que han decidido comunicar al mercado sus objetivos de resultados hasta 2020. Solo BBVA mantiene su negativa a comunicar sus retos anuales. Su explicación: “BBVA comunica su estrategia de manera constante, y en cada ocasión como resultados, junta, etc. Lo que no hace por ahora es una presentación con objetivos año por año”. Entendemos así, que ese por ahora puede cambiar y recuperar esta sana costumbre. Lo mismo ocurre con Bankinter.
Por cierto, varias de las principales entidades financieras de Estados Unidos y Reino Unido han decidido prohibir a sus clientes operar con criptomonedas con las tarjetas de crédito. Esta medida ha influido negativamente en la cotización del bitcoin. BBVA y Barclays, por el contrario, han optado por mantener la operativa criptodivisas con tarjetas.
Y por cierto, esta semana pueden producirse sorpresas en el caso Banco Popular. Puede dar un giro inesperado y volver a ocupar un gran número de titulares. Habrá que esperar y ver. Eso sí, el final judicial de este caso tardará en resolverse como mínimo dos años.