España minimiza su coste de financiación y sale del club de países periféricos
El país ha emergido de su catarsis política casi indemne y cada vez más alejada de la marejada periférica
A la vista de los resultados de la subasta del Tesoro de ayer y de la caída libre que está experimentando la prima de riesgo, resulta difícil identificar a España con aquel país no hace tanto tiempo casi ahogado por la crisis económica y financiera y entre constantes rumores de rescate. El Tesoro marcó ayer un nuevo récord en materia de costes de financiación al adjudicar letras a 12 meses a un interés incluso menor que la facilidad de depósito del BCE, el tipo de interés que Fránfort cobra al sector financiero por depositar su exceso de liquidez. Este cambio de signo de España en los mercados es doblemente sorprendente. Por un lado, porque se produce tras la tormenta de arena que provocó la crisis catalana, cuyo alcance todavía era, hace apenas dos meses, difícil de calibrar. Por otro, porque se produce en un contexto de repunte general de los bonos soberanos europeos, arrastrados por la evolución de la deuda estadounidense y tensionados por diversas circunstancias coyunturales. Es el caso de Alemania, que ha vivido en la incertidumbre política durante casi cuatro meses, liderada por una Angela Merkel que sigue inmersa en una lucha política por apuntalar la coalición necesaria para formar Gobierno. Y de Europa en general, instalada en un periodo de crecimiento, pero salpicada de focos de inestabilidad, como la tortuosa salida de Reino Unido de la UE, cada vez más cuestionada y conflictiva.
España ha emergido de su propia catarsis política y lo ha hecho prácticamente indemne, cada vez más alejada de la marejada periférica europea, algo que ha contribuido de forma evidente al proceso del abaratamiento de la financiación. Pese a que el conflicto catalán no está ni mucho menos resuelto, los inversores parecen casi inmunes a la agitación independentista y el país comienza a percibirse con una solidez más propia de Alemania o Francia. En el éxito con el que se han saldado las últimas subastas ha jugado también un papel fundamental la mejora de rating realizada por Fitch. Ello confirma cómo la economía española no solo ha remontado, sino que ya transmite seriedad y confianza.