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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Abandonar la moderación salarial no solucionará las pensiones

CEOE baraja proponer una subida de sueldos del 2% más un 1% ligado a la productividad

Juan Rosell, presidente de CEOE.
Juan Rosell, presidente de CEOE.Efe
CINCO DÍAS

La patronal CEOE se reunió ayer para ultimar una propuesta de negociación salarial para los sindicatos en medio del intenso debate que se está desarrollando en torno al Pacto de Toledo y la crisis del sistema de pensiones. La oferta de la patronal, dirigida a tratar de cerrar antes de marzo un acuerdo de al menos dos años de duración, combina la moderación y la flexibilidad, con un esquema similar al que defendió en 2017. Los empresarios barajan ofrecer una subida del 2% en los sueldos más otro 1% ligado a la productividad. Se trata de una propuesta a priori razonable, que contrasta vivamente con las aspiraciones sindicales, que apuntan a un salario de entrada en las empresas de 1.000 euros más una subida media del 3% para todos los sueldos.

La oferta que ultiman los sindicatos supera holgadamente el acuerdo sobre el salario mínimo interprofesional que el Gobierno, la patronal y los propios sindicatos han cerrado para 2018, cuyo montante se ha fijado en 736 euros al mes y supone un aumento del 4% respecto al fijado en 2017. La propuesta sindical constituye un salto cuantitativo notable y distorsiona un marco salarial cuyos parámetros deberían aspirar a combinar la defensa de los intereses de los trabajadores, en especial en aquellos sectores en los que abunda la precariedad salarial, con el control de los costes laborales, cuya moderación es imprescindible para mantener la competitividad.

Siendo razonable una cierta recuperación de los salarios, también es una poderosa tentación para cualquier Gobierno favorecerlo, dados los evidentes beneficios a corto plazo. Por un lado, genera popularidad entre los votantes; por otro, permite elevar los ingresos fiscales y utilizarlos para equilibrar el déficit público o alimentar el sistema de pensiones. Pese a ello, no existe una subida salarial capaz de taponar un agujero como el que padece el sistema español de pensiones, que requiere de una reforma integral capaz de elevar las aportaciones y contener de forma razonable las prestaciones. Es necesario defender una política salarial eficaz, con subidas moderadas y alzas ligadas a la productividad, pero evitar dañar la frágil y valiosa competitividad de las empresas.

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