Sheedo, papel semilla que se usa y se planta
La ‘startup’ sustituye la celulosa por algodón de la industria textil Regalos únicos y sostenibles para sorprender y ser recordado
Sustituir el papel de usar y tirar por el de usar y plantar. Es la idea que movió a tres jóvenes emprendedores, que apenas superan los 25 años, para poner en marcha su proyecto: decidieron revolucionar la industria papelera, uno de los culpables de la contaminación de nuestro planeta, produciendo papel semilla. Para ello contactaron en Girona con un maestro papelero, Antoni Sardà, con más de 30 años de experiencia, quien dio con la fórmula para crear papel plantable.
Consiguieron un producto único, hecho artesanalmente, que sustituye la celulosa por el algodón residual procedente de la industria textil, excedente de producciones o que no alcanza los estándares de calidad exigidos para su procesado.
No es necesario, por tanto, talar árboles para fabricarlo ni utilizar productos químicos para blanquearlo. El resultado es un papel biodegradable 100% sostenible. Y lo más sorprendente es que contiene en su composición semillas que se pueden plantar después de usarlo; es el círculo de consumo perfecto.
“De momento, solo trabajamos con semillas de tomate y manzanilla, ya que no todas germinan bien, pero seguimos investigando en lavanda, zanahoria o zinnia”, resalta Gloria Gubianas, cofundadora de Sheedo y encargada de la imagen de la empresa. Su objetivo es crear una marca y demostrar que Sheedo es mucho más que un simple papel. “Las semillas de nuestro papel están libres de transgénicos, cerrando así el ciclo de materia prima sostenible que utilizamos en su producción”, puntualiza.
Coca-Cola, Danone, Telefónica y Oysho, entre los clientes de la empresa
Sheedo personaliza el papel, se puede adaptar a las necesidades de cada cliente. “Con un simple papel, una empresa es capaz de transmitir sus valores sostenibles o conceptualizar un mensaje. Por ejemplo, para campañas de marketing que quieran resaltar ciertos valores ecológicos o simplemente para sorprender”, continúa.
Otros productos que comercializan son invitaciones de boda, bautizos, comuniones, etiquetas para marcas sostenibles, tarjetas de cumpleaños, postales, posavasos, acreditaciones, felicitaciones de Navidad, cuadernos, kits de plantación...
Entre la cartera de clientes de Sheedo se encuentran grandes empresas como Coca-Cola, Danone, Telefónica u Oysho, que han decidido apostar por esta vía ecológica.
El usuario puede escribir o imprimir sobre este papel. La diferencia con los habituales es que, tras finalizar su ciclo de vida, en lugar de reciclarlo solo hay que trocearlo y esparcirlo en una maceta con un poco de tierra húmeda, regarlo diariamente y, en pocos días, empieza a crecer una planta.
Trabajo artesanal
Sobre los planes de futuro, Sheedo quiere seguir innovando. “Nuestros clientes tienen más necesidades y ganas de repetir con otras cosas... Por eso, estamos trabajando en nuevos productos de usar y plantar producidos por artesanos en España”, apunta Gubianas.
Sheedo apuesta por el trabajo local y la artesanía, protegiendo el oficio papelero y las buenas prácticas asociadas. La startup apoya este oficio tradicional, estrechamente vinculado a la actividad económica de la comarca donde se produce, en el molino papelero de la Farga, cedido por el Ayuntamiento de Banyoles (Girona).
“Queremos transmitir el uso del papel a lo largo de la historia, un material imprescindible para la transmisión del saber, la tecnología y los sentimientos de la humanidad”, explican en la empresa.
Esta pequeña compañía quiere dar a conocer el mundo del papel , especialmente a los jóvenes. Para ello, organizan visitas al taller, realizan cursos diseñados para todos los niveles educativos, fomentando así, aseguran, las aptitudes creativas y las inteligencias múltiples.
Para este año, el segundo de vida de la empresa, tienen prevista una facturación de 200.000 euros. Recientemente se han incorporado al proyecto dos personas más.
Innovadores
Problemas. Un problema que tuvo que resolver el equipo fue encontrar una semilla pequeña para incorporarla al papel y que se pudiese imprimir sobre él. Después se encontraron con otro no menor: durante la producción, el papel se moja y algunas semillas brotan en esa fase.
Producto diferente. Cansados de que innovación se asociara a tecnología, un sector en el que se promueve cada vez más la obsolescencia programada, el usar y tirar y el consumismo, apostaron por un producto diferente.