Pistas de esquí muy blancas para todos los niveles
Estaciones de lujo para esquiar al lado de casa o al otro lado del mundo Bajadas de vértigo, piruetas infinitas y recorridos de cuento
El frío y la nieve se han apropiado ya de las cotas más altas de nuestro país. El invierno se ha instalado y el único consuelo, al menos para los amantes de los deportes blancos, es que las estaciones de esquí abrieron ¡por fin! sus puertas. Kilómetros y kilómetros de pistas de todos los colores. Verdes –para debutantes–, azules –para principiantes–, rojas –para expertos– y negras –para los más audaces–.
Paisajes y entornos de ensueño cubiertos de blanco y salpicados de abetos, álamos o pinos que impulsan las ganas de subir a la montaña. Todos los complejos invernales cuentan con numerosas y variopintas actividades après-ski para que, al terminar la jornada deportiva, nadie, ni niños ni adultos, se aburra.
Las previsiones de nieve auguran una temporada aún mejor que en 2016-2017, cuando se rozaron los cinco millones y medio de visitantes, casi un 14% más que el año anterior, según datos de Atudem (Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña).
Atudem se atreve a pronosticar que “la temporada 2017-2018 se presenta como una de las más positivas de los últimos diez años”, lo que, sin duda, recompensará “el esfuerzo inversor de empresas e industria de la nieve, que han realizado mejoras por valor de más de 25 millones de euros en áreas esquiables y servicios de las estaciones”.
Dentro y fuera de España encontrará centros de lo más exclusivo donde el postureo, el dejarse ver y ser visto conviven en armonía a pie de pista o en descensos de vértigo como Aspen (Colorado) o Baqueira Beret, en el valle de Arán.
Las disciplinas de riesgo, en las que jugar a engañar al miedo y soltar adrenalina, ganan adeptos día a día. En el complejo leridano, los esquiadores más osados pueden atreverse con algunos de los recorridos fuera pista más famosos de España, mientras que los más jóvenes se sentirán como pez en el agua practicando piruetas imposibles en las pistas de Serre Chevalier, en los Alpes franceses.
Si siempre ha soñado con practicar esquí de fondo, no encontrará mejores y más bellos recorridos que en Levi, en la Laponia finlandesa; otra experiencia inigualable es el esquí nocturno que podrá realizar en la estación granadina de Sierra Nevada. ¿Y con niños? Disfrutarán de lo lindo en Formigal y Panticosa con actividades y escenarios pensados solo para ellos.
Un paisaje de cuento para los amantes de las largas travesías
No es un país de montañas, sino de pequeñas colinas y paisajes fantásticos salpicados de lagos. En las estaciones de esquí de Finlandia hay nieve segura toda la larga temporada, de octubre a mayo. A solo 170 kilómetros del círculo polar ártico está Levi, el mayor centro de ocio y estación de esquí del país.
El complejo cuenta con gran variedad de pistas para los entusiastas del esquí alpino, desde pistas para niños hasta pistas negras para los más osados, parques de nieve y un impresionante recorrido de 230 kilómetros de pistas para los amantes del esquí de fondo.
Para dormir, podrá elegir entre hoteles y apartamentos básicos o cinco estrellas, las típicas cabañas alpinas de madera en medio de la naturaleza o un iglú con techo de cristal para ver las auroras boreales.
Donde el lujo y el deporte bajan pendientes de la mano
La estación de Aspen –en realidad son cuatro– está de moda desde hace varios años y rivaliza con los complejos de esquí más exclusivos de Europa. Un sitio perfecto para los que aman lujo y deporte ya que, además del maravilloso entorno donde se ubica, el Parque Nacional de White River, en las Montañas Rocosas de Colorado, tiene impresionantes y larguísimas pistas para todos los niveles y ofrece la posibilidad de practicar deportes extremos y de pasearse entre lujosas tiendas de firmas internacionales y restaurantes exquisitos donde podrá coincidir con celebrities de medio mundo.
No se preocupe si su presupuesto es ajustado, en Aspen, un antiguo pueblo minero, lo tradicional convive en armonía con las tendencias más cool del planeta.
Mil y un obstáculos naturales para cabalgar sobre la tabla
Al sur de los Alpes franceses, casi en la frontera con Italia y a solo 80 kilómetros de Turín está la estación de Serre Chevalier, rodeada de pequeños y encantadores pueblos alpinos. Esta estación es una de las preferidas de los aficionados al snowboard, una disciplina que cada vez gana más adeptos.
La estación francesa es muy valorada por sus pistas abiertas con obstáculos naturales como árboles, depresiones y barrancos solo aptos para los apasionados de las emociones fuertes.
Serre Chevalier cuenta con 250 kilómetros de pistas (de ellas, 13 negras), una cuota máxima de 2.800 metros de altitud y mínima de 1.200. Además del esquí y del snowboard, el lugar permite practicar numerosas actividades al aire libre, como senderismo y rafting.
Aventuras y diversión para debutantes dentro y fuera de la pista
Esquiar con los más pequeños de la casa no es fácil. Necesitan su propio espacio y ritmo y, sobre todo, pasárselo bien con actividades alternativas que los entretengan dentro y fuera de las pistas. En la estación de Formigal-Panticosa, en el Pirineo aragonés, además de escuela de esquí, tienen un jardín de nieve de hasta 100 plazas para niños a partir de cuatro meses con instalaciones de interior y exterior –entre estas, una cinta transportadora exclusiva para mayores de tres años–.
En las pistas de Aramón encontrará también el Bosque Animado (Panticosa), con un recorrido lleno de miniobstáculos para conocer los animales del valle de Tena, mientras que en Formigal toda la familia podrá disfrutar de Petrosos Park y pasear con raquetas de nieve, deslizarse con trineo o visitar la ciudad de los iglús.
El encanto de esquiar a la luz de la luna y las estrellas
Deslizarse de noche es una experiencia que quien prueba, repite. La estación de Sierra Nevada repite esta temporada su oferta de esquí nocturno en la pista del Río, entre Borreguiles y Pradollano, que fue pionera en España en la práctica de los deportes de invierno con luz artificial. Son 3,3 kilómetros esquiables, un desnivel de 600 metros y 35 puntos de luz a lo largo de su recorrido.
La estación dispone de otra pista iluminada, la Maribel, paralela a Río, de unos 2,5 kilómetros. Esta actividad, tanto de esquí como de snowboard, se puede practicar todos los jueves y sábados, de 19.00 a 22.00 horas, siempre que las condiciones operativas y de nieve lo permitan. La última subida en telecabina se realiza a las 21.30 horas. Los sábados hay una oferta que incluye forfait diurno, nocturno y taller de astronomía.
Riesgo y pura adrenalina en los descensos fuera pista
Cada vez hay más esquiadores que se atreven a probar recorridos fuera pista. Una disciplina difícil que se conoce como freeride y solo al alcance de deportistas muy experimentados. En España es famosa la pista de Escornacabres, en la estación leridana de Baqueira, la más elitista de nuestro país. Una doble negra de extrema dificultad con una salida vertical que quita el hipo.
Otra bajada también doble negra y muy apreciada por los esquiadores más aguerridos es la pista Lacs deth Clòt der Os, en el lado de Beret y en la misma estación del valle de Arán. En cualquier caso, y antes de adentrarse en cualquier recorrido libre, se recomienda consultar el estado de la nieve y el riesgo de aludes para prevenir accidentes o situaciones que conviertan la aventura en la peor de las pesadillas.