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Recomendaciones para sacarle partido al 'Gordo' de Navidad

¿Y si este 22 de diciembre me toca la Lotería de Navidad? ¿Qué hago con el dinero del premio? Mañana se van a repartir un total de 2.240 millones de euros en premios y, por si somos algunos de los afortunados, deberemos pensar qué vamos a hacer con el dinero que hemos ganado. Y aquí, el tiempo es un factor fundamental.

Recibir una cantidad de dinero inesperada siempre es una buena noticia, pero, en algunas ocasiones, pasados los años esa alegría se puede ver truncada. Un estudio de la asociación European Financial Planning Association (EFPA) pone de manifiesto que tres cuartas partes de los ganadores de la lotería tiene mucho menos dinero cinco años después de haber ganado el premio. ¿El motivo? La mayoría de las veces, la alegría que nos produce que nos toque el 'Gordo' nos lleva a caer en el despilfarro o a llevar a cabo malas inversiones que pueden hacer que ese dinero se evapore rápidamente.

Por ello, para evitar que derrochemos movidos por la euforia, lo primero que recomendamos es esperar unos seis meses antes de comenzar a gastar o invertir el dinero que nos ha tocado. Con este ejercicio, lo que se busca es que nos acostumbremos a tener una cantidad elevada de dinero y que tengamos tiempo para pensar qué es lo que realmente queremos conseguir con ese dinero extra que nos ha llegado a la cuenta.

Hacienda, el primer premiado

Cuando nos toca la lotería, lo primero que tenemos que saber es que no vamos a recibir el importe total del premio, puesto que Hacienda se lleva una parte. Si el importe que recibimos no supera los 2.500 euros estarían exentos en el IRPF, mientras que si supera esa cifra tendríamos que tributar al 20%. Así, por ejemplo, si el próximo 22 de diciembre nos tocan 400.000 euros (un décimo), el importe neto que recibiríamos en nuestra cuenta sería de 320.500 euros. Además, hay otra serie de cuestiones que conviene tener en cuenta a la hora de pensar en las repercusiones fiscales de la lotería, porque serán un gasto más que hará que la cuantía neta que nos va a quedar se reduzca. Esto ocurre con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, ya que, si queremos donar parte de nuestro premio a un familiar, debemos tener en cuenta que, si no podemos demostrar que el boleto es compartido, tendremos que tributar en algunas Comunidades Autónomas. ¿Cómo sacarle partido al premio?

El primer paso es hacer es un ejercicio de planificación financiera para pensar cuáles son nuestros objetivos y evitar caer en errores típicos. La experiencia nos dice que la mayoría de los premiados se gasta el dinero en una casa más grande, en un coche de alta gama, deciden dejar su trabajo o repartir el premio con un familiar sin pensar si desde el punto de vista fiscal y financiero es lo más conveniente.

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Por este motivo, el tiempo de reflexión que aconsejamos es tan importante. Nos puede servir para definir nuestro proyecto vital y reinventarnos, puesto que el importe del premio nos puede abrir el camino para cambiar de carrera, dedicarnos a lo que realmente nos gusta o para atrevernos a poner en marcha ese proyecto en el que llevábamos tiempo pensando. Tras definir nuestro objetivo, debemos examinar qué coste tiene. En este punto, tenemos que analizar también nuestra situación financiera actual para ver de dónde partimos y si con el dinero extra que hemos ganado nos basta o necesitamos más y, por tanto, tendremos que acudir a los mercados financieros para cubrir ese déficit. Si nos hallamos ante la primera opción, tenemos que saber que, si decidimos no invertir nuestro dinero y mantenerlo inmóvil, nos enfrentamos a un gran riesgo: no cubrir la inflación. Esto se traduce en que, con el paso del tiempo, perderíamos poder adquisitivo a medida que el nivel de los precios se incrementa. Es decir, si tenemos 320.000 y no obtenemos ninguna rentabilidad por ellos, pasados 20 años y contando con una inflación media anual del 2% (objetivo que persigue el Banco Central Europeo), nuestro dinero equivaldría a unos 217.994 euros (actuales). En cambio, si optamos por invertir nuestro dinero y acudir a los mercados financieros, lo más importante es fijar la rentabilidad objetivo que necesitamos, que viene determinada por la diferencia entre lo que tenemos y lo que necesitamos, partiendo de la base de que, como mínimo, tendremos que igualar a la inflación para no perder poder adquisitivo. Después, y en consecuencia, deberemos elegir qué cartera o qué activo financiero es el más adecuado para nosotros. Diseñar mi cartera objetivo

Deberíamos buscar una cartera diversificada, tanto por distribución geográfica, como por tipo de activos. Y si pensamos en el largo plazo, deberíamos asumir más riesgo para tener una cartera que además de igualar a la inflación, nos dé más puntos de rentabilidad. Por ejemplo, si queremos superar a la inflación en 3 puntos (es decir, conseguir una rentabilidad anual media del 5%) deberíamos construir una cartera con el 50% de la inversión en renta variable. Una opción que nos permite diversificar, que tiene beneficios fiscales y nos permite acceder a una gestión profesional son los fondos de inversión. Por último, no debemos olvidar que la vivienda también juega un papel importante. Es habitual escuchar a gente decir que, si les toca la lotería, lo primero que harían sería quitarse la hipoteca. Sin embargo, a lo mejor, no es lo más conveniente. Primero, habría que evaluar si la rentabilidad que nos da el dinero invertido es mayor que el coste de financiación porque, en ese caso, no interesaría amortizar la hipoteca. Además, hay que tener en cuenta que, si la vivienda habitual la compramos antes de 2013, tenemos una ventaja fiscal en el IRPF (al poder deducirnos cada año un 15% de una cuota máxima de 9.040 euros), que puede que no nos interese perder.

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