La inversión inmobiliaria en Cataluña se hunde un 15% en el año por el ‘procés’
El desplome registrado en el último trimestre alcanzó el 40% debido a la paralización de numerosos proyectos
A 48 horas para que se celebren las elecciones en Cataluña siguen sucediéndose los informes que cifran el coste que ha tenido hasta ahora el procés para la economía catalana.
Este martes fue el turno de la consultora y comercializadora Knight Frank, que estimó que la inversión inmobiliaria no residencial con destino Cataluña finalizará este año con cifras entre un 10% y un 15% por debajo de los registros de 2016.
El estudio admite que durante los últimos tres meses del año y sobre todo a partir de la crisis abierta por el intento de celebrar un referéndum soberanista el 1-O la inversión inmobiliaria se desplomó un 40% en la región, lo que hará que finalmente el ejercicio culmine con cifras negativas, pese a haber tenido una evolución positiva el resto del año. No obstante, en las últimas semanas desde Knight Frank admiten que la reactivación de algunas operaciones, como la venta de la sede de Mango, valorada en 100 millones de euros, hace pensar que si el resultado de las urnas es positivo, la situación podría volver a normalizarse en cuestión de meses.
Sobre qué debe ocurrir el jueves para tranquilidad de los inversores, el director general de la consultora en España, Humphrey White explicó que lo más favorable para que la inversión retorne a Cataluña es que el resultado electoral primero permita formar Gobierno y que éste no sea de mayoría soberanista.
De esta forma, se descartaría la apertura de un proceso para consensuar la celebración de un referéndum de autodeterminación pactado que pudiera desencadenar en la salida de Cataluña de España. En cuanto a qué movimientos puede provocar en el mercado de oficinas el traslado de sede social de más de 3.000 empresas catalanas, fuentes de Knight Frank admitieron que ya se han detectado los primeros movimientos, solicitando por lo general superficies pequeñas.
“A corto y medio plazo Madrid puede verse beneficiada y atraer a empresas que definitivamente abandonen el proyecto de crecer en Barcelona”, advierten.