May admite su debilidad en el arranque de la nueva fase del 'brexit'
La UE acepta los compromisos ofrecidos hasta ahora por la primera ministra Bruselas también admite que será difícil mantener la unidad de los 27 hasta 2019
La atribulada primera ministra británica, Theresa May, asiste este jueves a la cumbre europea que marca el final de la primera fase de negociación del brexit. May ha logrado su objetivo de que los 27 socios de la UE acepten pasar a la segunda fase, decisión que se confirmará este viernes. Pero el presunto éxito de la primera ministra solo ha servido para contribuir a debilitar aún más en Londres, donde las críticas a su liderazgo no amainan.
La propia May reconoció a su llegada a Bruselas el batacazo sufrido un día antes, cuando la cámara de los Comunes aprobó una enmienda a la ley que regulará la salida de la UE para supeditar la conclusión del proceso a un nuevo voto en el Parlamento.
“Estoy decepcionada por a enmienda”, admitió May a la entrada del Consejo Europeo. La modificación fue fruto de una revuelta de diputados del grupo Conservador de May, en concreto, del ala partidaria de dar marcha atrás al brexit.
La primera ministra llega al final de la primera fase de negociación expuesta a un fuego cruzado entre los partidarios de un brexit duro y quienes aspiran a parar el proceso.
El ala más euroescéptica de su Gobierno, en cabezada por el ministro de exteriores, Boris Johnson, ha concedido de momento una tregua a la primera ministra y ha apoyado el acuerdo alcanzado con Bruselas para cerrar al primera fase.
Peros los términos de ese acuerdo (garantía de los derechos de los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido, asunción de una factura de salida que rondaría los 50.000 millones de euros; y mantenimiento de la libre circulación entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda) han sido interpretados a ambos lados del canal de la Mancha como una severa derrota de May.
Los 27 aceptarán el viernes y esas concesiones de Londres y darán luz verde a la apertura de la segunda fase de negociación, que es la más crucial para Londres porque debe fijar los términos del período de transición tras la salida (hasta 2021) y el marco general para un futuro acuerdo comercial.
Las directrices que aprobarán el viernes los 27 advierten al Reino Unido que la negociación se parará inmediatamente si intenta desmarcarse de las concesiones ofrecidas hasta ahora.
Pero a pesar de la mano dura, la UE no oculta que la segunda fase también supone un desafío para el club porque se podría resquebrajar la unidad mantenida por el club hasta ahora frente a Londres.
“No me cabe ninguna duda de que el verdadero test de nuestra unidad va a llegar con la segunda fase”, señaló el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, momentos antes de empezar una cumbre que concluye este viernes.
Bruselas también admite que el tiempo apremia y que los negociadores disponen de apenas un año para pactar las condiciones de una salida ordenada y evitar así un impacto tremendo en amplios sectores de la industria y no solo en Reino Unido.
Tusk amarga la cumbre a Merkel
Incómoda. La última cumbre europea del año se ha convertido en una de las más incómodas en los últimos tiempos para la canciller alemana, Angela Merkel, que se ha visto enfrentada a una agenda sobre migración y unión bancaria contraria a los deseos de Berlín.
Cuotas. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, planteó este jueves abiertamente la anulación de las cuotas obligatorias de refugiados, una propuesta que soliviantó a Merkel, firme partidaria del reparto tras la llegada a Alemania de más de un millón de personas procedentes de Siria.
Depósitos. Para colmo alemán, Tusk planteará este viernes la creación de un fondo europeo de garantías de depósitos para completar la unión bancaria, propuesta tabú para Merkel.