BBVA admite que la presión del BCE obliga a acelerar la venta de activos tóxicos
Los expertos creen la gran banca pasará página al lastre del ladrillo a finales de 2018 La firma traspasa 400 empleados a la nueva sociedad de Cerberus
Todos los cierres de año los bancos sorprenden al mercado con alguna operación destacada que influyen en su cuenta de resultados y balance. El martes y el miércoles BBVA anunció dos operaciones importantes. Una la venta de su filial chilena por 1.850 millones de euros, que le supondrá una plusvalía de 640 millones de euros, y otra, y puede que más destacada, la venta de la mayoría de su ladrillo a Cerberus.
Esta operación confirma que la banca pondrá fin al lastre del ladrillo en sus cuentas de resultados en 2018, una década después del inicio de la crisis financiera, y que ha supuesto la pérdida de miles de millones de euros. BBVA comunicó a primeras horas del miércoles el acuerdo firmado para vender el 80% de su negocio inmobiliario al fondo estadounidense Cerberus.
La venta del ladrillo supone el traspaso de unos 78.000 inmuebles adjudicados correspondientes a 13.000 millones de euros brutos, que se quedan en 5.000 millones de euros netos, por los que BBVA conseguirá 4.000 millones de euros ya que Cerberus tendrá el control de la sociedad donde se agrupe este negocio, pero la entidad española conservará el 20%.
Esta cartera está provisionada en un 61,5%, y el precio supone un 39% del valor de la cartera, que en el caso de Santander (primer banco que realizó una operación de este tipo en agosto) fue del 33%.Es la gran operación inmobiliaria de BBVA, que le permitirá quitarse de un plumazo el lastre del ladrillo que tantas pérdidas le ha ocasionado durante la crisis financiera. De hecho, en septiembre esta área presentó unas pérdidas de 281 millones de euros, números rojos que a partir de ahora desaparecerán. La operación como tal, no obstante, no tendrá efecto en la cuenta de resultados al haberse vendido a precio de valor neto contable.
La cartera vendida está provisionada en un 61,5%. Su efecto sobre capital es de 6 pb y le permitirá olvidar las pérdidas en el área inmobiliaria
El responsable de estrategia y M&A de BBVA, Javier Rodríguez Soler, asegura que esta venta permitirá al banco eliminar el lastre del ladrillo ya en el segundo o tercer trimestre de 2018. “Entonces pasaremos página y el peso de los activos adjudicados serán ya historia para el banco”.
Esta operación, además, mejorará en 6 puntos básicos su ratio de capital CET1 fully loaded. El directivo explica que la venta “tiene un valor económico para el banco de 1.200 millones de euros, que se calcula por la depreciación que sufre esta cartera y sus correspondientes provisiones, que ahora ya no deben realizarse.
Este directivo añade que tras esta operación “BBVA se dedicará a lo suyo, a hacer banca tras desprenderse del negocio no core por primera vez desde la crisis”. Reconoce que “la presión del Banco de España y del Banco Central Europeo con las nuevas normas de contabilidad IFRS9 que entran en vigor en 2018 y las guías del BCE para desprenderse de estos activos improductivos han contribuido decisivamente a acelerar la venta” de los inmuebles en una sola operación.
Otras fuentes financieras expertas en la venta de carteras coinciden en recalcar que el proyecto de Santander con la venta de 30.000 millones de euros en inmuebles de Popular en una sola operación a Blackstone en agosto “fue un golpe de efecto que ha forzado al resto de la banca a realizar operaciones similares, y el primer ejemplo lo tenemos en BBVA”.
El banco que preside Francisco González, además, se desprende de unos 400 empleados que pasan a la nueva sociedad de Cerberus. BBVA ya externalizó hace unos meses su unidad de tecnología al vendérsela a IBM y supuso también la salida de 152 empleados del grupo financiero. Como activos tóxicos inmobiliarios BBVA se queda en su balance solo con 2.800 millones de créditos a promotores y sus particiones en Merlin, Testa y Metrovacesa. BBVA contratará a Cerberus para gestionar los activos inmobiliarios que ha conservado.
Una parte de los activos inmobiliarios del banco español han sido heredados de CatalunyaBanc y de Unnim, ambas firmas adquiridas en subasta. Los adjudicados de Unnim cuentan con un esquema de protección de activos (epa) cubiertos al 80% por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), razón por la que ahora BBVA ha iniciado negociaciones para resolver estos flecos, aunque fuentes del banco aseguran que es una parte pequeña del total de activos vendidos los que están cubiertos por el epa. Bankia y Banco Sabadell también tantean al mercado para vender de un golpe prácticamente todos sus inmuebles, aunque estas operaciones se cerrarán previsiblemente en el primer trimestre de 2018.
Con esta operación los dueños del ladrillo en España dan la vuelta por primera vez desde la crisis, y dejan de ser los bancos las principales inmobiliarias y ceden su puesto a los fondos de inversión. Sareb, conocido como el banco malo, Blackstone y Cerberus toman el relevo. Aunque es cierto que la firma que preside Jaime Echegoyen ya era la primera inmobiliaria desde su creación en 2012 con los activos adjudicados de las cajas de ahorros rescatadas.
Entre operaciones realizadas y las que están en curso en 2017 se realizarán transacciones que superarán ampliamente los 55.000 millones de euros. Esta cifra contrasta con los 22.000 millones de euros realizados en 2016, aunque es cierto que alguna de estas ventas en curso no se cerrarán hasta el próximo año, caso de BBVA que está firmada pero el traspaso se hará ya en 2018.
Cerberus, hacia una plataforma inmobiliaria única en España
Para Carlos Torres Vila, consejero delegado de BBVA, “esta operación es sumamente importante porque reduce de manera muy significativa nuestra exposición a una actividad ajena a nuestro negocio principal y nos permite reforzar nuestro proceso de transformación”. Santander traspasó a Blackstone en agosto 30.000 millones de activos tóxicos, tras la constitución de una sociedad en la que la firma americana controla el 51%. El grupo español se apuntó por esta venta, primera de un gran bloque traspasado a la vez, unos 5.000 millones de euros.
Tras la compra de los 13.000 millones de euros en activos tóxicos a BBVA, Cerberus seguirá apostando por España con nuevas inversiones. De momento, su idea pasa por mantener sus distintas plataformas inmobiliarias independientes, sin consolidarlas.
Cuenta, además de con Anida, adquirida a BBVA, con Haya Real Estate y con Mihabitans, comprada a Liberbank, aunque esta última se ha integrado en Haya. La compra de los activos inmobiliarios de BBVA representa para Cerberus “un importante paso hacia la creación de su propia plataforma inmobiliaria en España”, explican fuentes financieras. Haya RE cuenta con 683 empleados en España, con una red de ventas que abarca 2.400 intermediarios inmobiliarios. Con la compra de los activos tóxicos de BBVA Cerberus aumentará su plantilla en España en 400 personas más.