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Países Bajos se suma a la subasta fiscal a la baja

Quiere rebajar el impuesto de sociedades para atraer las empresas del ‘brexit’ No está nada claro que nuevos recortes en impuestos ya bajos tengan mucho impacto

El primer ministro holandés,Mark Rutte, el pasado día 17 en Gotemburgo (Suecia).
El primer ministro holandés,Mark Rutte, el pasado día 17 en Gotemburgo (Suecia).REUTERS

El nuevo Gobierno holandés está llamando a la controversia al aliviar la carga fiscal sobre inversores y empresas. Si se implementara, su plan de reducir los impuestos sobre sociedades y sobre dividendos aceleraría la subasta mundial a la baja.

La coalición de cuatro partidos del primer ministro Mark Rutte quiere hacer que los Países Bajos sean aún más atractivos para las multinacionales, que ya emplean a 2 millones de personas, el 40% de los trabajadores del sector privado del país. También espera que el brexit impulse a las empresas radicadas en Reino Unido a mudar sus oficinas centrales a la otra orilla del Mar del Norte. Unilever, por ejemplo, está valorando desmantelar su estructura angloholandesa y elegir solo una ubicación.

Poner la alfombra roja puede influir en esa decisión, con un coste. La reducción del tramo principal de impuestos de sociedades del 25% al 21% para 2021 aligerará las arcas estatales 3.300 millones al año, según calcula el Gobierno. Eso es más del 1% del gasto público esperado este año, aunque el Estado estima que puede recuperar parte con ajustes en otros ámbitos.

Cancelar la retención del 15% sobre los dividendos costará 1.400 millones adicionales. Para más polémica, esta ganancia imprevista no llegará a los inversores holandeses, que ya pueden compensar el impuesto por otras vías. Beneficiará a los accionistas con sede en países que no tienen un impuesto similar, o a Gobiernos extranjeros de países que sí lo tienen. Jesse Klaver, líder de la opositora Izquierda Verde, ha pedido a la Comisión Europea que investigue lo que llama “perniciosa competencia fiscal”.

El Gobierno holandés puede pensar que tiene pocas opciones: el plan de la Administración Trump reduciría el impuesto de sociedades de EE UU al 20%, mientras que Gran Bretaña ya está reduciendo el suyo al 17%. Sin embargo, no está nada claro que nuevos recortes en impuestos que ya son bajos según los estándares históricos tengan mucho impacto en las empresas que están eligiendo su ubicación. El riesgo es que este despilfarro termine de agotar las arcas de Holanda, al tiempo que hace aún más probable que otros países se unan a la competición a la baja.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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