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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Moderar el coste de la factura de la luz y mantener la inflación bajo control

El Gobierno congelará de nuevo en 2018 la parte regulada del recibo

El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, durante su intervención en el pleno en el Senado, donde se celebra una sesión de control al Gobierno.
El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, durante su intervención en el pleno en el Senado, donde se celebra una sesión de control al Gobierno.Efe

La decisión del Gobierno de congelar los peajes eléctricos el año que viene, que equivalen aproximadamente a la mitad de la factura de la luz, constituye un intento de controlar el alza del precio de la electricidad para los consumidores particulares y empresariales, pero también de ejercer un efecto moderador sobre la evolución general de los precios. Los peajes eléctricos son la parte regulada de la factura mientras que el montante que resta depende del coste de la energía, una variable en la que influye el precio del petróleo y del resto de las materias primas, el tiempo atmosférico y otras partidas, como la primas a las renovables o la recuperación del llamado déficit tarifario. La decisión del Gobierno de congelar los peajes no es nueva: con esta serán cuatro las veces consecutivas que se ha optado por no tocar ese capítulo.

El interés del Gobierno por mantener los precios bajo control tiene una especial razón de ser en un año en el que la sequía amenaza con convertirse no solo en un problema para los agricultores, sino también en un potenciador de la inflación. Los precios de la cesta de la compra han comenzado a acusar el efecto de la falta de lluvias, un fenómeno que se hará notar más intensamente en los próximos meses. Es cierto que de momento las tasas de inflación son moderadas, pero los alimentos pueden comenzar a comportarse como lo han hecho en los últimos tiempos los carburantes. El pasado mes de octubre los alimentos frescos, los más afectados por la meteorología, alcanzaron una tasa interanual del 4,9%, un nivel inusual en los últimos dos años, salvo momentos de alza puntual.

La sequía no afecta solo a la agricultura, sino también al precio de la energía. Tras cuatro años de lluvias escasas, la producción eléctrica hidrológica en las últimas semanas ha sido apenas del 3,4%. Se trata, en conjunto, de un efecto lento e imperceptible, pero que resulta aconsejable vigilar, dado que suele terminar trasladándose al conjunto del IPC y tiene siempre el riesgo, aunque cada vez menor, de verse potenciado por demandas salariales acopladas a la inflación. En la evolución de los precios, como en tantas otras cosas, es aconsejable actuar de manera preventiva.

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