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Por qué es altamente improbable el impeachment de Donald Trump

El equipo de Robert Mueller continuará consiguiendo pruebas de la colaboración de asesores e incluso familiares (Jared Kushner) con el gobierno ruso y sus intermediarios durante 2016, la campaña electoral y las primeras semanas de la presidencia de Trump. Paul Manafort (ex jefe de camapaña de Trump) y su socio Rick Gates han sido imputados por fraude, no registrarse como consultores de gobiernos extranjeros y lavado de dinero. George Popodopoulus ha aceptado su culpabilidad al mentir al FBI sobre sus contactos con intermediarios rusos al FBI. El ex asesor de seguridad nacional, el general retirado Michael Flynn, mintió asimismo sobre sus contactos, y cometió delitos al aceptar pagos de RT Rusia y Turquía sin haberlos declarado al ejército y quizás ofrecer extraditar a Fetullah Gulen a Turquía a cambio de 15 millones de dólares. Se ha demostrado que el fiscal general Jeff Sessions mintió al Congreso en repetidas veces cuando afirmó no saber de contactos de la campaña con Rusia. Sessions estaba al corriente de las gestiones de Papadopoulos, quien participó en una reunión con Trump, y a quién Trump designó uno de sus excelentes asesores en política exterior en una entrevista al Washington Post el año pasado. Jared Kushner también tiene serios problemas legales, ya que mintió al Congreso sobre sus contactos con intermediarios rusos (el viaje a las Seychelles, la reunión en Nueva York con la abogada rusa próxima al Kremlin) y ahora aparece en emails entre el hijo de Donald Trump y Wikileaks sobre la utilización de los emails comprometedores para Hillary Clinton y los Demócratas. Algunos de los intermediarios rusos tienen vínculos no sólo con el gobierno, sino también con grupos criminales rusos.

Mueller pretende que dichos personajes le proporcionen información comprometedora sobre lo que sabía e hizo el presidente a cambio de reducciones en sus posibles penas si se les llega a enjuiciar.

Pero el proceso del juicio político a un presidente conocido como impeachment se enfrenta a obstáculos considerables. El presidente puede ofrecer un perdón a todos los imputados o condenados, pero sólo por delitos federales (no de la jurisdicción de los estados). Es evidente que Trump y su equipo alentaron a Rusia y Wikileaks para perjudicar a Hillary Clinton. Pero todos los expertos legales están de acuerdo en que dicha acción es política y éticamente impresentable, pero no ilegal. Habría que encontrar pruebas escritas (emails, cuentas, etc.) de que el presidente ayudó manifiestamente a Wikileaks o Rusia a cambio de recibir un beneficio concreto.

Incluso si Mueller consiguiera dichas pruebas, el proceso del impeachment es muy difícil. Unicamente dos presidentes en la historia de EEUU han sido sometidos a un impeachment. El de Bill Clinton por mentir bajo juramento sobre sus relaciones con Mónica Lewinski no prosperó en el Senado (donde se necesita una mayoría de dos terceras partes), y el de Andrew Johnson (el sucesor de Abraham Lincoln) corrió la misma suerte en el Senado (por un voto). Nixon efectivamente dimitió ante la expectativa de un impeachment.

No es imposible que los Demócratas pudieran tener una mayoría simple en la Cámara de Representantes, que en el impeachment actua como parte acusadora. Pero la idea de que los Demócratas puedan tener una mayoría de dos tercios (66 senadores sobre 100) es una utopía.

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