Del amor al odio solo hay un paso, y de la euforia compradora a la fiebre vendedora en Bolsa, también. Bien es sabido en el universo bursátil que un único detalle puede cambiar el sentir inversor en tan solo unos segundos o dar al traste con las expectativas. El conflicto catalán, algo que apenas preocupaba a los inversores en septiembre y que veían como un problema menor que apenas iba a impactar en la Bolsa española, se ha convertido un mes y medio después en el riesgo político que marca el paso del Ibex 35. El selectivo español parece una montaña rusa presa de las noticias que van llegando desde Cataluña.
playbuzz