_
_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El futuro de las pensiones en España no puede esperar más

El sector privado insta a incentivar los planes en las empresas

Tomás Burgos, secretario de Estado de Seguridad Social, ayer en las jornadas.
Tomás Burgos, secretario de Estado de Seguridad Social, ayer en las jornadas.Pablo Monge

Si la importancia de una reforma se midiese por los años de debate que el asunto genera, las pensiones sería probablemente uno de los más grandes retos que tiene ante sí España. Como se recordó ayer durante la tercera edición de las jornadas sobre planes de pensiones organizadas por Ibercaja y este periódico, tanto gobiernos como agentes sociales, instituciones, empresas y expertos de distintos ámbitos llevan 20 años debatiendo sobre la optimización de la caja de las pensiones y su sostenibilidad futura. Dos décadas que no han sido estériles –han dado frutos en los cambios y mejoras introducidos en ese periodo– pero que no han logrado todavía resolver la gran pregunta: cómo fortalecer y garantizar las prestaciones públicas en un país con un oscuro horizonte demográfico que combina una natalidad exangüe, un envejecimiento severo y una esperanza de vida creciente.

Como reconoció ayer el propio secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, entre las tareas que España tiene por delante figura fomentar y desarrollar el ahorro privado para complementar y colaborar con el sistema público de pensiones. Un objetivo en el que ocupan un lugar destacado los planes individuales, pero especialmente los colectivos para los trabajadores en el seno de las empresas, conocidos como planes de empleo. Una opción que solo ofrecen a su plantilla el 0,4% de las compañías.

En España, por muchas vueltas que se le de a los números, no salen las cuentas. El déficit del sistema público supera ya los 15.000 millones de euros, un agujero que no resolverá ni el pleno empleo, y el patrimonio privado en fondos de pensiones de momento es irrisorio: un 9,6% del PIB. Tanto bancos como aseguradoras y gestoras de fondos coinciden en apurar al Gobierno para que coja de una vez el toro por los cuernos y adopte medidas que incentiven el ahorro privado, especialmente en el ámbito de las empresa.

Mientras España sigue debatiendo sobre cuál es la fórmula mágica para preservar uno de los grandes pilares de toda economía –la expectativa de los ciudadanos de poder disponer de una jubilación al final de la vida laboral–, la mayor parte de los países de nuestro entorno han resuelto el problema. Desde el modelo británico –que ayer defendió Inverco– al alemán, que apoya Unespa, las opciones para incentivar el ahorro privado son variadas. Pero lo que no admite demasiado debate es la urgencia de que España aborde de una vez por todas este reto y siente las bases de un modelo mixto, de uno u otro perfil, en el que las pensiones públicas y las privadas se complementen y garanticen al ciudadano un retiro cierto y seguro.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_