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Los materiales de construcción españoles conquistan Europa

La industria azulejera nacional es la primera productora europea y segunda exportadora mundial tras el batacazo propinado por la crisis.

La crisis económica, y la del ladrillo, en particular, asestaron un duro golpe a la línea de flotación del negocio de los fabricantes de productos de construcción, muy dependiente del mercado nacional. Un sector boyante, en el que sólo la cerámica y la piedra natural pisaban con fuerza fuera de nuestras fronteras compitiendo de tú a tú con los materiales italianos, el resto prácticamente no vendía fuera de casa.

Con un mercado interior hundido, a las empresas, gran parte pymes, no les quedó más opción que renovarse o morir. En juego “estaban muchos puestos de trabajo y la supervivencia de empresas con mucha tradición y años en el sector que no iban a tener una segunda oportunidad”, explica Luis Rodulfo, vicepresidente ejecutivo de la Confederación Española de Asociaciones de Fabricantes de productos de Construcción (CEPCO). De hecho, desde 2008 han desaparecido un 26,5% de empresas, según datos del último informe de coyuntura de CEPCO, publicado en septiembre aunque “parece que la sangría de cierres ya ha parado”.

Otro dato más, la pérdida de puestos de trabajo, desde enero de 2008 alcanzó la cifra de 277.551 personas al cierre de 2016, lo que situó la tasa de paro de esta industria en el 13,72%, un 3% por debajo de la nacional. Con el mercado interno sin músculo, apenas se construía obra nueva y con las rehabilitaciones y reformas de viviendas y edificios paralizadas, al sector no le quedó más remedio que mirar fuera y abrir nuevos mercados.

El salvavidas

Para muchas empresas fue una travesía en el desierto “llena de esfuerzos, donde los fabricantes, muy castigados por la crisis, tuvieron que realizar una labor a puerta fría –recuerda Rodulfo-”. Para muchas pymes podía ser su última oportunidad y “en ella volcaron los últimos recursos económicos que les quedaban para exportar, crear fábricas in situ en algunos países de Latinoamérica que ofrecían muy buenos beneficios fiscales”. Las dificultades además se acentúan teniendo en cuenta que “los resultados positivos tardan en llegar una media de 4 ó 5 años”.

De este dramático escenario solo se libraban la cerámica y la piedra natural. En el primer caso “la industria azulejara ha tenido siempre una vocación exportadora y es una de las dinámicas e innovadoras de España”, señala Isidro Zarzoso, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER). Además “la cerámica española es reconocida por su calidad, diseño y se ha ganado una reputación que nos permite competir con Italia”, el referente mundial. En el segundo caso, Javier Fernández Cortés, secretario general del Cluster Piedra coincide en que también las ventas al exterior del subsector de la piedra natural “con mercados muy diversificados, son fundamentales para mantener las cifras de negocio”. La demanda de materiales “como mármol, granito y pizarra para techar los tejados -del que somos el primer productor mundial- se sustenta también por nuestro prestigio y estándares de calidad”.

Con los deberes hechos no quedaba otra que aguardar resultados y estos no han podido ser más alentadores. Exportamos azulejos y cerámica, estructuras metálicas, material eléctrico, productos químicos como tuberías de plástico o materiales de aislamiento, piedra natural selecta, granito, mármoles y pizarra. Los Fabricantes de Productos de Construcción exportaron, en 2016, materiales por valor de 21.739 millones de euros, un 1,77% más que en 2015 y un 8,1% más que en 2014, según datos de CEPCO. Estas cifras representan el 8,54% de toda la exportación española. Además en “los últimos años, los crecimientos han sido de dos dígitos entre el 10% y el 12%, marcando récords históricos”, precisa el portavoz de la Confederación y añade otro dato más que positivo “el saldo neto comercial es positivo en todos los subsectores”.

En los primeros siete meses del año, últimos datos disponibles, la exportación de materiales fue de 14.300 millones, un 10,7% más que en 2016 y un 11,6% más que en 2015, según las mismas fuentes. La mayoría de nuestras ventas van a países de la Unión Europea, pero también se han hecho hueco en Latinoamérica, primero en Panamá, después en Ecuador y Perú y ahora Colombia está resultando un mercado muy maduro mientras el norte de África es un mercado natural, pero la inestabilidad política frena una mayor penetración.

La industria azulejera espera crecer este año “entre un 4% y un 5% -apunta Zarzoso-, mientras que la venta interna va remontando”. El 80% de lo que fabrican se destina al mercado exterior. En cifras unos 2.570 millones de euros en 2016, mientras que las ventas nacionales se sitúan en poco más de 700 millones, según datos de ASCER.

Potencia global

España es el primer productor europeo y el segundo exportador mundial en volumen y vende en 190 países, siendo Francia, EEUU y el Reino Unido sus principales mercados, mientras se han resentido las ventas a los países del Golfo Pérsico, Arabia Saudí y norte de África. Como dato curioso, el sector cerámico es la tercera industria que más superávit comercial aporta a España. ¿Sus próximos desafíos? “Ganar cuota de mercado en Europa y aumentar nuestra presencia en el mercado de piezas de gran tamaño, para revestimientos de paredes que van muy bien en tiendas, bares y locales”. El presidente de ASCER denuncia que “no haya planes de rehabilitación de viviendas y edificios para personas mayores”.

El otro buque insignia de la industria, la piedra natural también dedica el 80% de su producción a la exportación, unos 1.057 millones de euros en 2016. Productos como “el cemento, que está creciendo a dos dígitos, y los áridos –componentes para asfalto y carreteras- indican que el sector de la construcción se mueve y eso nos interesa aunque nosotros estamos al final de la cadena para terminar los edificios –puntualiza Fernández Cortés- así que hay que afianzar nuestros mercados exteriores -Francia, Reino Unido, Alemania, Taiwan, China y en los últimos años también EE UU-“.

El directivo niega que “este tipo de revestimiento sea caro como se suele pensar. Su coste se ha abaratado muchísimo y compensa por su gran duración y resistencia, diversidad de usos, múltiples acabados o la facilidad de instalarlos”.

En general, “la mayoría de las empresas no ganan mucho dinero fuera –reconoce el vicepresidente de CEPCO- pero la internacionalización sirve para mantener la actividad, evitar los cierres y salvaguardar las plantillas. Se ha ganado en volumen de actividad aunque no se haya traducido en una subida de beneficios ni de rentabilidad”.

De cara al futuro Rodulfo señala que “el objetivo es que las exportaciones alcancen los 25.000 millones” y no teme que la incipiente recuperación española vaya a ir en detrimento de la internacionalización “las empresas han hecho un gran esfuerzo –sentencia-”. La compraventa de vivienda nueva alcanza los 48000 unidades en los primeros sietes meses del año -cifra similar al mismo periodo del año pasado- mientras que el número de viviendas iniciadas en los cinco primeros meses superan los 32.500, unas 4.000 más viviendas que el mismo periodos del 2015.

Además “tenemos una ventaja. España es el país de la UE que cuenta con un mayor número de certificaciones voluntarias de calidad de productos –como Aenor y otros- que ayuda a exportar y la normativa medioambiental europea es muy exigente por lo que los productos españoles son de calidad y sostenibles”. Un detalle que es muy valorado en los nuevos mercados

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