Santander recolocará a gran parte de los empleados excedentarios de servicios centrales
La entidad pretende llegar a un acuerdo pactado con los sindicatos La próxima reunión se celebrará a semana que viene
Banco Santander y los sindicatos han creado la mesa de negociación para llevar a cabo la reestructuración de los servicios centrales de este banco y de su filial Banco Popular, lo que afecta a unos 6.000 empleados (unos 4.000 trabajadores de Santander y otros 2.000 de Popular).
En esta primera reunión el banco no ha facilitado cifras de la plantilla que podría salir del grupo, aunque ha insistido en que cualquier medida que se adopte será con acuerdo de los sindicatos, como ha hecho Santander en los procesos de ajuste que ha llevado a cabo. Indica el banco que no se adoptarán medidas traumáticas y pretende que las salidas que se produzcan como consecuencia de la integración de Popular se realicen “en las mejores condiciones”.
Además, ha comunicado a los sindicatos que intentará aprovechar la movilidad interna para colocar a una parte significativa de los empleados excedentes de los servicios centrales. El banco también ha insistido en que la mesa negociadora solo se abre para reorganizar los servicios centrales, no para las redes, ya que este último proceso no se llevará a cabo hasta 2019, año en el que se espera que se hayan fusionado las plataformas tecnológicas de Santander y Popular.
En una nota de prensa Santander asegura que “actuará bajo el criterio de la meritocracia”. Además, ha anunciado que contratará a una empresa de recolocación, que en anteriores procesos facilitó ocupación al 80% de los que quisieron seguir trabajando.
Fuentes sindicales aseguran que Santander pretende recolocar en empresas del grupo a gran parte del personal excedentario de los servicios centrales, y han destacado tanto la unidad de tecnología como la de operaciones como departamentos que pueden externalizarse y, por tanto, a los que podrían llevarse a estos trabajadores. Las mismas fuentes recuerdan que la entidad que preside Ana Botín ya ha recurrido a estas recolocaciones en otras ocasiones.
En esta ocasión, al ser aún dos redes diferentes, se abrirán dos mesas, una para negociar el personal afectado en los servicios centrales de Santander y otra para los de Banco Popular, aunque las condiciones que se ofrezcan serán las mismas. En la reunión con los sindicatos la entidad ha apelado al panorama cambiante bancario, con un sistema financiero con menos oficinas y más digitalizado, y ha recordado las pérdidas de Banco Popular.
Además, ha insistido en el compromiso del banco con los inversores de generar sinergias con la compra de Popular (lo adquirió el pasado 7 de junio por un euro, y llevó a cabo una ampliación de 7.000 millones). Está previsto que esta operación genere un retorno sobre la inversión del 13% al 14% en 2020 y un aumento del beneficio por acción en 2019, como ha recordado a los sindicatos. Los sindicatos y los representantes del banco se volverán a reunir la semana que viene, pero aún no se ha fijado la fecha.
Aunque el banco no ha facilitado ningún número de excedentes algunas fuentes cifran en 1.500 empleados los trabajadores que se podrían ver afectados entre salidas y traslados internos en esta ocasión, cifra que se ampliaría en otros algo menos de 3.000 si se incluyera la red de sucursales, aunque ahora no se abordarán estas salidas.
Los sindicatos han pedido al banco que abra un plan de prejubilaciones y salidas pactadas para aquellos empleados que tengan que dejar el grupo, procesos que se han llevado a cabo en otras ocasiones. El consejero delegado de Santander explicó durante la presentación de los resultados del tercer trimestre del banco que se negociará con los sindicatos “básicamente” una reestructuración en los servicios centrales. José Antonio Álvarez recordóque el tema “de la integración de sucursales requiere la previa integración tecnológica, lo cual nos lleva al año 2019”.
Este ajuste se llevaría a cabo después de que tanto Santander como Popular aplicaran el año pasado sendos ERE. La reordenación de la primera entidad afectó finalmente a 1.380 trabajadores de Santander España, pero se incluyeron en el ERE 680 empleados. De estos, 300 correspondían a Santander España y 380 al centro corporativo.
Por su parte, el ERE presentado por Popular en 2016 se cerró en julio de este año con la salida de 2.592 trabajadores, el 17% del total, además del cierre de unas 300 oficinas del total de 2.093 sucursales con las que contaba la entidad, de forma que desapareció el 14% de su red comercial.
Tras la absorción de Popular, Santander cuenta con 200.949 empleados, un 0,3% menos que tres meses antes, según los datos proporcionados por la entidad al cierre del tercer trimestre. De ellos, aproximadamente un 6% corresponde a Popular, que al término del primer trimestre de este ejercicio –la última vez que presentó resultados– contaba con 15.020 trabajadores, 13.449 de ellos en España.