‘Angry Birds’ se prepara para una cuestionable catapulta al mercado
Salvo que Rovio demuestre a los inversores que es más que este juego, una venta es el camino para lograr un mejor resultado
El creador de Angry Birds, Rovio, está preparando su catapulta al mercado de valores. Los inversores podrían volver a aprender una lección básica de física y de juegos móviles adictivos: lo que sube, tiende a bajar.
Rovio anunció el martes que pretende lanzar una oferta pública de venta (OPV) en Helsinki, que supondrá la venta de Trema International –accionista mayoritario, propiedad del tío del cofundador de la compañía Niklas Hed– y una recaudación de 30 millones para financiar su crecimiento.
Los inversores están deseando exponerse al sector de los juegos móviles, en el que Angry Birds sigue siendo uno de los más conocidos. Lo cuestionable es si el juego –en el que pájaros de colores intentar salvar sus huevos de unos enemigos con forma de cerdos verdes– merece la valoración propuesta de 2.000 millones de dólares. Rovio ingresó 192 millones de euros (230 millones de dólares) el año pasado, lo que implica que la valoración es nueve veces sus ventas. Sus rivales, King Digital Entertainment y Supercell, tuvieron una valoración de tres y cuatro veces sus ingresos, respectivamente, cuando fueron vendidos en los últimos años.
Es cierto que los beneficios de Rovio han subido un 94% en la primera mitad del año. Sin embargo, necesitaría aumentar sus ingresos brutos más del 142% para que los cifras coincidan con las de sus rivales. Pero dada su dependencia de Angry Birds, es difícil que lo logre. La desaceleración de las ventas en 2015 llevó a la empresa a pérdidas, a las que dio la vuelta en 2016 en parte gracias a la película basada en el juego. Además, todavía es discutible que la franquicia tenga la capacidad para retener a largo plazo a los caprichosos consumidores .
King Digital puede servir de advertencia. Las acciones del creador de Candy Crush, Saga, cayeron más del 15% en su primer día en los parqués en 2014 y finalmente fue vendido a Activision Blizzard por un precio inferior al de su estreno en Bolsa. El finlandés Supercell, que creó el juego Clash of Clans, es ahora propiedad del gigante chino Tencent. Las empresas más grandes pueden lidiar con las subidas y bajadas de los juegos, pero salvo que Rovio demuestre a los inversores que es más que Angry Birds, una venta es el camino para lograr un mejor resultado.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción es responsabilidad de CincoDías.