El potencial de los impuestos verdes sobrevuela España
Antes de meterse en nuevas imposiciones, lo lógico es poner orden en la ensalada de tributos verdes
Los impuestos ambientales y la reforma fiscal verde pendiente en España han tenido siempre mayor apoyo académico que relevancia presupuestaria. Es lo que afirman los expertos y los hechos. Unos y otros confirman la escasa receptividad política de la llamada fiscalidad medioambiental. Es muy cierto que los tributos que gravan productos o servicios contaminantes han ganado más relevancia internacional los últimos años. Bien sea por cuestiones ecológicas y de salud o por sus posibilidades recaudatorias, o por ambas, los socios de la UE ven margen para elevar o fijar nuevos tributos verdes.
España, sin embargo, sigue lejos de la media europea en este campo, en el que es el cuarto país que menos recauda, tras Luxemburgo, Lituania y Eslovaquia. Por ello tiene más interés el estudio de la Comisión Europea que concluye que una reforma fiscal verde en la UEsupondría para España un potencial recaudatorio de 13.000 millones adicionales en 2018 (1,13% del PIB). La imposición energético-ambiental, con el diésel en el primer punto de mira, puede ser crucial para reforzar el binomio crecimiento-competitividad y mantener la agenda hacia la economía baja en carbono, dice el informe. No es la primera vez que la Comisión o la OCDErecomiendan a España recaudar más con tributos verdes, lo que permitiría bajar la presión fiscal sobre el trabajo.
Aunque aparentemente no existe interés político real en subir los impuestos verdes, los compromisos de España para cumplir el objetivo de déficit aprietan. Hacienda cuenta con la mejora de la economía, el control del gasto público y menores partidas para intereses de la deuda y desempleo para cumplir sin incrementos tributarios, más bien al contrario, según los pactos del Gobierno con Ciudadanos.
En todo caso, Hacienda vincula la reforma de la fiscalidad verde al siempre pendiente sistema de financiación autonómica, que se está negociando. Las comunidades autónomas han ido estableciendo por su cuenta tributos medioambientales los últimos años. Por eso, antes de meterse en nuevas imposiciones, lo lógico es poner orden en la ensalada de impuestos verdes. Y eso solo se hará bien si es con vocación de sencillez administrativa.