Exportaciones de récord en récord, pero demasiado concentradas
El grueso de las ventas españolas en el exterior se dirige de manera creciente a Europa
El déficit comercial se ha disparado un 40% el primer semestre. La explicación está en un incremento de las importaciones de casi del 12%, con fuertes compras de energía, muestra de la dependencia en esta materia que marca las cifras de comercio exterior. Son datos que confirman la recuperación y cómo las empresas se están rearmando para afrontarla. Porque, a la vez, el vigor de las exportaciones se ha fortalecido aún más entre enero y junio, en una evolución virtuosa que las reafirma como pilar de la economía. Las ventas de bienes a otros países crecieron el 10%, hasta un nuevo récord. La idea más gráfica de esta evolución es que las exportaciones españolas se han duplicado en volumen desde 2005.
Pero la clave de la potencia exportadora es al tiempo una señal de advertencia. Porque si el grueso de las ventas de las empresas españolas al exterior se dirige a Europa, y de manera creciente, eso de debe a que la deseada apertura hacia nuevos mercados no está dando sus frutos, pese a los esfuerzos de los Gobiernos de uno u otro signo. Si en 2008 el continente europeo recibía el 59,71% de las exportaciones españolas, nueve años después ese porcentaje ha alcanzado el máximo del 72,3%.
Los socios de la Unión Europea se refuerzan como destino preferido de las exportadoras ante los avatares en otras áreas, con la llegada de la política proteccionista de Donald Trump a EE UU –primer importador mundial– como último contratiempo, tras la reorientación política hacia el mercado interior de China –segundo importador del mundo–. Una suma de factores que lleva a España a apostar por Europa, y más concretamente por la UE, como comprador seguro.
El hecho de que solo cinco países (Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido) reciban la mitad de las ventas españolas y que solo 100 empresas concentren el 40% de las exportaciones es suficiente incentivo para trabajar más y mejor en la apertura hacia nuevos mercados en busca de una saludable diversificación. En este sentido, se abre una línea de esperanza porque los datos confirman mayor actividad exportadora de las empresas más pequeñas.