En Hamburgo todo pasa por el Elba
El principal puerto de Alemania renueva su compromiso con la vanguardia HafenCity es un plan urbanístico con la Filarmónica como estandarte
De los vikingos aprendimos que la única manera de conquistar esta ciudad era por el río. A bordo del imponente crucero Norwegian Jade, en su ruta nórdica, remontamos 110 kilómetros el Elba hasta vislumbrar el principal puerto y la segunda urbe de Alemania, Hamburgo.
Un gigante de color rojo, esculpido en ladrillo y metal y regado por juguetones canales, con hasta 2.300 puentes que dividen todos sus barrios, desde el viejo Altstadt hasta la incipiente HafenCity, que acaba por fundirse con el Elba.
La ciudad hanseática siempre ha dado mucho que hablar. Enriquecida por el comercio, ha acogido a grandes empresarios y mejores músicos, desde los Beatles hasta Bach, y también a diversos movimientos, tanto de vanguardia arquitectónica como contracultural, que encabezaron las protestas contra la última cumbre del G20 celebrada en la urbe.
El puerto es el lugar perfecto para tomarle el pulso a la ciudad, de ajetreo continuo desde su origen medieval (s. IX). La lonja de pescado, el Fischmarkt, se transforma cada domingo en un mercado al aire libre que atrae a más de 70.000 visitantes a orillas del Elba.
Recorra los cientos de puestos de pescado fresco, fruta, ropa y flores a ritmo de música callejera. Lo único malo es que tendrá que pegarse un buen madrugón si quiere encontrar algo abierto, ya que los puestos abren a las 5.00 de la mañana y cierran a las 9.30 de la mañana. No todo iba a ser fácil en Hamburgo.
Almacenes de ladrillo
Sin alejarnos del puerto, contemplaremos el mastodóntico Speicherstadt, el mayor complejo de almacenes del mundo (26 hectáreas). Sobre pequeños canales (los fleeten) se erige el “barrio de las especias”, un tetris de edificios de estética gótica en ladrillo guillermino sobre pilares de roble que albergan, desde el siglo XIX, muelles y almacenes de café, té, cacao y alfombras.
Las oficinas se establecieron en la parte norte, conocida como Kontorviertel. Entre todas sobresale la original Chileshauss, emblema del expresionismo alemán de comienzos del siglo XX por su diseño afilado que recuerda a la proa de un barco. Con razón, ambos conjuntos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 2015.
El futuro a orillas del río
Sin embargo, lo que se cuece y se piensa cocer en Hamburgo pasa ahora por HafenCity.
En una prolongación del puerto se desarrolla desde el año 2000, un proyecto urbanístico sin precedentes en Europa para rehabilitar la antigua e indecorosa área industrial con edificios vanguardistas, plazas, paseos, muelles y espacios verdes. Se prevé que concluirá en 2025 y ampliará en un 40% el plano urbanístico de la metrópoli tras una inversión de aproximadamente 13 millones de euros.
La última perla de esta metamorfosis es la Elbphilharmonie o Filarmónica del Elba. Sobre el antiguo almacén derruido del Kaiser, los arquitectos suizos Herzog y De Meuron idearon este proyecto cargado de polémica y protestas en sus inicios, pero que, desde su inauguración el pasado mes de enero, parece haber cautivado a los hamburgueses más inconformistas.
La estética de su fachada respeta el clásico ladrillo rojo en su parte inferior, combinado en la superior con una gran superficie ondulada de 1.100 paneles de vidrio que imitan las olas del mar. Cuenta con tres salas de conciertos de acústica extraordinaria.
Desde la inmensa terraza de la Filarmónica se puede contemplar el skyline de la ciudad. Sobre los bloques imperan las puntiagudas torres de las iglesias de Santa Catalina, cubierta con placas de cobre; San Nicolás, de 148 metros de altura; San Miguel, uno de los iconos de la ciudad, en el barrio de Neustadt, y la catedral de San Pedro, en el Altstadt (barrio viejo).
Justo al lado de la catedral, el Rathaus (ayuntamiento), asentado junto al lago Biennenalster, sobresale por su elegante decoración neorrenacentista.
Hamburgo es un cóctel que nunca se termina, donde la arquitectura funcional ha dado paso a la vanguardista para acoger la mejor oferta cultural del norte de Alemania. Y donde todo pasa por el Elba.
Guía para el viajero
Rey de la noche. El barrio rojo de San Pauli es alocado y alternativo, con multitud de restaurantes, bares, discotecas, teatros y locales donde comenzaron los Beatles. No se puede perder el icónico festival público DOM Hamburgo, hasta el 27 de agosto.
Norwegian Jade. El crucero, que acaba de renovar sus instalaciones, ha fijado en Hamburgo su puerto base para rutas por los fiordos noruegos, Islandia y Escocia.