EE UU se preocupa por la baja inflación y frenará las subida de tipos
Se disipa la posibilidad de que el precio del dinero acabe el año por encima del 1,25% El Banco Central del país considera que hay riesgo de que el IPC siga a la baja
Cada vez está más claro que el proceso de subida de tipos en Estados Unidos será más lento de lo inicialmente previsto. Las actas de la reunión de los miembros de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos sobre tipos de interés celebrada los pasados 25 y 26 de julio revelan que la decisión de no tocar los tipos al dejarlos entre el 1% y el 1,25% fue unánime.
Así lo decidieron los expertos de la Fed ante su creciente preocupación por una inflación débil. El organismo que marca los tipos de intervención de corto plazo en el país los subió un cuarto de punto porcentual el pasado 14 de junio. Y parecía que la intención de Janet Yellen, la presidenta de la Fed, era acelerar la subida en la recta final del año, al menos con un alza adicional. Pero los últimos datos macro han trastocado este escenario.
El pasado viernes se conoció que la inflación en julio fue del 0,2% respecto al mes anterior, dejando la tasa interanual de incremento del Índice de Precios de Consumo (IPC) en el 1,7%, una décima menos de lo esperado por el mercado y tres menos que el objetivo fijado por el Banco Central, que establece el porcentaje óptimo en el 2%.
"Muchos de los participantes en la reunión anticiparon la posibilidad de que la inflación se mantenga por debajo del 2% por un plazo más amplio del inicialmente esperado y algunos indicaron que hay peligro de que la tendencia de la inflación sea bajista", señalan las actas, según Reuters.
Los miembros de la Fed se mantuvieron firmes en su creencia de que el Banco Central debe ir reduciendo su balance, engordado tras las compras en el mercado de deuda que se produjeron desde 2008 hasta finales de 2014. Su cartera de bonos asciende a unos 4,2 billones de dólares, y el primer movimiento será, previsiblemente, dejar de reinvertir los vencimientos.
El incremento del pasado junio fue el cuarto en el proceso de retirada de estímulos monetarios. El primero llegó en diciembre de 2015, de ahí saltó a diciembre de 2016 y hubo otro más en marzo.
La reacción en el mercado de divisas ha sido inmediata. El euro se debilitaba frente al euro y se cambiaba claramente por debajo de los 1,175 dólares y tras conocerse el contenido de las actas vuelve a colocarse cerca de las 1,18 unidades del billete verde.