David Córdova: "El tiempo es el recurso más escaso y el más valioso"
Fundó en 2010 una consultora especializada en grupos de influencia Señala que, a la hora de contratar a alguien, se fija más en la actitud que en la aptitud
Es consciente de que los lobbys son un asunto controvertido. Por ese motivo, David Córdova (Madrid, 43 años) fundó Vinces en 2010. Está convencido de que hay una forma distinta de relacionarse con la administración y desea cambiar el modelo actual. “Del compadreo y el ocultamiento, a un sistema en el que la transparencia sea un valor fundamental”, señala Córdova. Algo que se advierte desde su propio despacho, una habitación de paredes de cristal, a juego con su mesa, fabricada en este material. Ya desde fuera se observan las fotos de sus tres hijos y de su mujer, junto a los títulos que reposan en la estantería, entre ellos, el de doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Pero confiesa que lo que más echa de menos en la oficina es el tiempo, “para mí, es el recurso más escaso y el más valioso, pues una vez que lo pierdes no se recupera nunca”. Así que procura pasar los pocos ratos libres que tiene con su familia.
También invierte mucho tiempo en el proceso de contratación de personal. “Suelo dedicar seis meses de trabajo a encontrar la persona ideal, me gusta tener varias conversaciones para entender sus motivaciones y su dinámica”, aclara el ejecutivo. Busca gente comprometida y con un deseo de cambiar las cosas , además de formación en Derecho, Ciencias Políticas y Comunicación. Aunque se fija en los buenos currículos y en los “perfiles número uno”, su gran reto es descubrir la actitud de una persona, porque “para medir las aptitudes ya hay muchos instrumentos”. En su opinión, los 14 trabajadores de Vinces son la clave del éxito de la compañía, que ha tenido un crecimiento del 40 % cada año, desde que la fundó en el salón de su casa.
Si un negocio quiere influir en la opinión pública, debe conocer las necesidades de la sociedad
Asegura que lo que le apasiona de su trabajo es construir un puente entre lo público y lo privado, por eso comenzó la compañía en un momento en el que, según dice, había “una crisis de representación de los ciudadanos, donde las empresas no tenían legitimidad ante estos”. El empresario tiene claro que “si un negocio quiere influir realmente en la opinión pública, debe conocer las necesidades de la sociedad”. Córdova insiste en que, con este as en la manga, es más fácil acudir a un gobierno y mostrar lo que se representa. “Si se defienden unos intereses de espalda a la sociedad, no se va a poder mediar”, sentencia el madrileño.
Saber escuchar es la clave ante cualquier negociación: “se comete el error de llevar muy bien preparado lo que se quiere decir, pero no lo que se pretende saber de la otra parte”. Tampoco hay que olvidar pedir perdón cuando se comete un error. Es uno de los secretos de la buena relación que mantiene con el resto de sus socios: Elena Herrero-Beaumont y Jorge Villarino.