El Brent espera noticias de la OPEP al borde de los 50 dólares
La posición de Ecuador constituye la mayor incógnita El mercado espera una puerta abierta a más recortes
Ha llegado la cita que el mercado del petróleo lleva esperando varias semanas. Un miembro por cada país que firmó el último pacto de la OPEP de mayo se reunirá hoy en San Petersburgo para evaluar el cumplimiento de la reducción de producción de crudo. Sin embargo, la noticia no estará en lo que se diga, sino precisamente en lo que se deje por decir. Aunque no forma parte de la agenda, el mercado escrutará la posibilidad de que en esta reunión se prepare una cumbre extraordinaria, antes de la prevista para noviembre. En ella decidirían adoptar dos medidas: profundizar en los recortes (actualmente en 1,2 millones de barriles al día) y sumar a Libia y Nigeria al acuerdo. Dos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que no se han sumado hasta ahora y que habían paralizado su producción debido a sendas guerras civiles y, una vez pacificados, han retomado las prospecciones.
A pesar de las tiranteces entre países que suelen acompañar a las decisiones de la OPEP, el mercado esta vez es optimista. Se basa en el último informe emitido por la organización y el primero en el que analiza el mercado del petróleo en 2018. En él prima la autocrítica. Frente a la opinión de la Agencia Internacional de la Energía –que establece marzo de 2018 el momento de equilibrio entre oferta y demanda–, considera que la demanda global no será lo suficientemente fuerte, mientras que reconoció que los países de la OPEP siguen bombeando demasiado. Sin embargo, el mercado se ha agarrado como un clavo ardiendo a una frase: en ella reconoce que son necesarios más recortes. Lo que le ha valido al Brent para superar los mínimos de noviembre (45 dólares) y atacar los 50 dólares por barril, que llegó a tocar el jueves. Una cota psicológica desconocida desde el pasado 6 de junio.
La evolución del precio del petróleo, siempre presa de la volatilidad, es difícil de predecir y los analistas aún esperan sorpresas. Esta es la opinión del último análisis de Julius Baer, en el que ponen el acento en las primeras fricciones en cuanto al cumplimiento de los recortes. Desde que los países de la OPEP más otros externos como Rusia firmaron el primer pacto en noviembre de 2016, Arabia Saudí –el principal productor– lo ha incumplido por primera vez el pasado mes de julio. Ecuador, por su parte, anunció esta semana que no lo cumplirá y aumentará su producción. Algo que abre la puerta a que la cumbre de hoy sea más tensa de lo esperado en un principio.
El riesgo para los grandes productores es grande. Con economías muy dependientes del precio del crudo, que este no repunte con fuerza pone en peligro las inversiones en la zona y el equilibrio del déficit público. Un contexto que ya anteceden algunas casas de análisis como Goldman Sachs, que lo sitúa por debajo de los 40 dólares. Otro problema añadido está en la pérdida de influencia de la OPEP para regular un mercado del crudo donde el fracking estadounidense juega un papel cada vez más relevante. Tras haber situado la producción en máximos históricos, ahora ha ido reduciéndola. La cuestión está en cuánto durará la tregua.