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ACS estudia una contraopa sobre Abertis del gusto del Gobierno y de La Caixa

El grupo constructor reconoce que estudia la operación sin haberla llevado aún a su consejo La acción de ACS cae con fuerza mientras la de Abertis toma impulso

Florentino Pérez, presidente de ACS
Florentino Pérez, presidente de ACS
Javier Fernández Magariño

ACS ha reconocido esta mañana que tiene en fase de estudio la operación con bandera española que podría frenar la opa de la italiana Atlantia sobre Abertis. El grupo que preside Florentino Pérez ha señalado a la CNMV que está analizando con asesores externos la posible contraopa, “sin que hasta la fecha se haya tomado decisión alguna al respecto”. El mercado ha reaccionado al minuto y penaliza a la cotización de ACS, mientras Abertis sube en Bolsa al calor de una posible guerra de opas. Fuentes cercanas al grupo de construcción aseguran que son tres o cuatro directivos de la máxima confianza de Pérez quienes supervisan un movimiento que de ir al consejo no tendría grandes problemas para prosperar. De hecho, el presidente es primer accionista y el consejero delegado, Marcelino Fernández Verdes, es hombre de su máxima confianza.

Con la ofensiva de Atlantia por Abertis sobre la mesa, incluida la presentación del folleto de la opa ante la CNMV, la respuesta de ACS sería bien acogida en el seno del Gobierno, con el que el que Florentino Pérez guarda excelentes relaciones. La irrupción del conglomerado de infraestructuras se produce solo dos días después de que la empresa pública Enaire, dependiente de Fomento y accionista de control de Aena, frenara al gestor aeroportuario en el estudio de una oferta competidora por Abertis. Una operación de esas características diluiría al Estado en el capital del gigante resultante, perdiendo Aena la condición de empresa pública (para lo que es necesario un cambio legislativo y el paso por el Congreso), y supondría una fuerte carga de deuda.

Sin embargo, la compra por parte de ACS dejaría las cosas como ya estaban años atrás. Y es que la constructora estuvo en 2003 en el nacimiento de Abertis con la aportación de la concesionaria Aurea, mientras La Caixa puso Acesa.

ACS se mantuvo durante casi diez años como segundo accionista del grupo de autopistas, guardando excelentes relaciones con la entidad financiera. La marcha en 2012 del capital de la concesionaria, que sigue teniendo a CriteriaCaixa como primer accionista, se produjo por distintas circunstancias. ACS estaba en plena salida con fuertes pérdidas de Iberdrola y se enfrentaba a la toma de la alemana Hochtief, con el objetivo paralelo de no disparar la deuda. El necesario sacrificio fue el del paquete de Abertis, y fue OHL la que tomó el puesto de accionista industrial que dejó la propia ACS. Entonces, Florentino Pérez aseguraba que la empresa volvía a centrarse en la obra civil.

A la vista de los históricos lazos entre ACS y La Caixa, una contraopa liderada por Pérez y los suyos no se haría de ninguna de las maneras sin el consentimiento de Isidro Fainé. De hecho, el simple anuncio de la posible oferta ya favorece a Criteria, metiendo presión al primer ofertante, Atlantia, para la mejora de los 16.50 euros por acción que marcan su oferta. Fuentes del mercado explican que tendría todo el sentido que CriteriaCaixa se quedara con ACS en el capital de Abertis, que podría seguir cotizando en Bolsa.

La opa italiana valora al gigante de autopistas en 16.340 millones de euros y ha sido lanzada bajó la fórmula mixta del pago en efectivo e intercambio en acciones, esto último hasta un límite del 23% delo capital de Abertis. La oferta está condicionada a un grado de aceptación mínima del 50,1% y aunque Atlantia también puso como condición que un 10% del capital de la española aceptara el pago en acciones, este último punto fue flexibilizado en el folleto presentado en junio. El texto ya recoge que la italiana podría abrirse al pago total en efectivo.

Un bocado demasiado grande

Si la operación tiene encaje, o no, en el balance de ACS, el mercado parece opinar que será un bocado demasiado duro para un grupo que ha conseguido embridar su deuda y que está culminando la digestión de la toma de las constructoras Hochtief y Leighton.

ACS ya es la mayor contratista internacional de obra pública, con notable presencia en Australia, América y Europa. Además, cuenta con Iridium, la concesionaria de infraestructuras más activa en inversión y proyectos. Pero la estrategia de ACS pasa por contratar los proyectos en la fase inicial, para diseñar, financiar y construir, y vende cuando el activo en cuestión entra en fase de maduración. Justo lo contrario de lo que hace Abertis, que busca esencialmente carreteras ya en explotación para obtener valor de su gestión, e incluso hacer obras en ellas en busca de retornos vía tarifa o extensión de plazos de explotación.

Tras la publicación de las cuentas de 2016, ACS se expuso al examen de la agencia de calificación Standard & Poor's, obteniendo el 8 de mayo una nota crediticia de BBB a largo plazo y A-2 a corto plazo. De este modo, se hacía con la calificación de investment grade con perspectiva estable, que le otorga buena posición para renegociar deuda o emitir bonos. Dos días después, el 10 de mayo, eran las filiales Hochtief y Cimic las que conquistaban idéntica calificación.

La posición de deuda neta de ACS marca 1.695 millones (8.773 millones de deuda bruta) al cierre del primer trimestre de este 2017. Una cifra 2.000 millones inferior a la de marzo de 2016. Además, ACS cerró semanas atrás un acuerdo con 41 bancos españoles y extranjeros para la novación y abaratamiento del contrato de financiación por 2.150 millones que viene de febrero de 2015. Este crédito sindicado, que ya fue renegociado en diciembre del año pasado, sirvió hace algo más de dos años para cancelar deuda ya existente y agrupar tres créditos que financiaron la compra de acciones de germana Hochtief.

Las ventas de la mayor constructora españolas rozaron el año pasado los 32.000 millones; el ebitda sufrió un descenso del 5,5%, bajando a 2.023 millones, y el beneficio neto subió de 725 a 751 millones, lo que supone un incremento del 3,5%. La mejora en el rendimiento neto se debe, entre otras cosas, a la reducción del 25% en los gastos financieros. También se recortaron los gastos de explotación (23.738 millones) en un 3% y los de personal (6.752 millones) casi en un 5%.

El presidente marcó un objetivo para 2017 de creimiento en ventas del 10%, y del 8% al 10% en el beneficio neto, lo que situaría las ganancias este año en unos 825 millones.

El Gobierno, a la espera de que se concrete la oferta

El portavoz del Gobierno, íñigo Méndez de Vigo, ha expresado este viernes a preguntas de la prensa el respeto del Ejecutivo a operaciones de empresas privadas. Sin embargo, ha resaltado el interés del Gobierno en la opa por la partición de Abertir en Hispasat. Con respecto a la posible oferta de ACS, ha puesto el acento en que se encuentra en fase de estudio y esperan a que se concrete.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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