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Corea del Sur, en la punta de mira del gobierno de EEUU en materia comercial

La administración de George W. Bush negoció un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur, que finalmente se acabó aprobando y ratificando durante la presidencia de Barack Obama. Durante su campaña, Donald Trump anunció que es un acuerdo injusto y que sería renegociado o anulado. El representante comercial de EEUU, Robert Lighthizer, ya ha convocado a su homólogo surcoreano a una reunión en agosto para presentarle las demandas del gobierno de EEUU. Lighthizer ha señalado que, desde la entrada en vigor de dicho acuerdo, el déficit comercial de EEUU con Corea del Sur se ha doblado.

Es indudable que las calles, carreteras y autopistas de EEUU están repletas de automóviles fabricados por Hyundai y Kia, y que Samsung y LG baten récords de ventas en el mercado de la primera potencia mundial.

La administración Trump argumenta que el mercado surcoreano presenta barreras inaccesibles para las empresas estadounidenses. El nuevo gobierno surcoreano ha aceptado participar en las reuniones de agosto, pero no acepta la premisa de Washington. Argumenta que el déficit puede deberse a la falta de calidad de las exportaciones de EEUU.

Parece poco oportuno que la administración Trump pueda endurecer su postura con un aliado tan esencial cuando Pyongyang acelera su programa nuclear. Pero Donald Trump continúa demostrando que tiene intención de cumplir las promesas electorales que dependen de él y su ejecutivo.

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