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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Prepararse para el coche eléctrico es cuestión de supervivencia

De momento, las ventas de estos vehículos en todo el mundo son una gota en el océano

Un hombre examina un modelo eléctrico de Tesla en Seúl.
Un hombre examina un modelo eléctrico de Tesla en Seúl.Reuters

La semana pasada, se produjeron dos anuncios –uno en el sector privado y otro en el público– que han agitado las aguas en la industria del automóvil y avivado el debate sobre la transición hacia el coche eléctrico. A partir de 2019, Volvo solo sacará al mercado coches enchufables e híbridos, mientras que el Gobierno francés prohibirá la venta de vehículos de gasolina y diésel en el año 2040. Ambos acontecimientos apuntan hacia un mismo camino: la paulatina sustitución de los motores de carburantes fósiles por los eléctricos con el fin de reducir la contaminación ambiental y adecuar la industria a una regulación limpia que antes o después llegará a la mayor parte de los mercados.

De momento, el número de vehículos eléctricos es prácticamente una gota de agua en el océano. Solo el 0,2% –son datos de 2016– de todas las unidades vendidas en el mundo son coches enchufables, lo que supone unos 750.000 frente a los diez millones que venden firmas como Volkswagen, Toyota o General Motors. Pese a ello, el motor eléctrico tiene el tiempo y la ley de su parte, dado que el camino que ha iniciado Francia es solo el principio de una corriente legislativa que está presente en todos los sectores y que apuesta firmemente por una industria sostenible y regida por criterios medioambientales. Hay más factores que auguran un futuro boyante a este tipo de automóviles, entre ellos la popularidad que están adquiriendo en China, donde las ventas han alcanzado un crecimiento interenaual del 56% y suponen ya el 46% de todos los coches limpios vendidos en el mundo.

El anuncio de Volvo –que emerge como seria competencia de la emblemática Tesla– por esta gota en el océano constituye una estrategia de mercado en toda regla y una fuerte apuesta por adelantarse a una revolución que lleva tiempo gestándose. Como en todo cambio de paradigma, aquellas compañías que entren antes en el negocio tendrán la oportunidad de situarse mejor en el mercado y podrán competir con más ventajas. Dado que antes o después el futuro del automóvil pasará por la electricidad, prepararse para ello parece una cuestión ya no solo de éxito, sino de mera superviviencia.

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