Susana Campuzano, un estilo marcado por Chanel, Venecia y el arte
Dirige el programa de Dirección y Gestión Estratégica del Universo del Lujo de IE Business School y es autora de varios libros sobre el universo de la exclusividad Siempre lleva un bolso de la firma española Onesixone y todos los años le compra un par de zapatos a la japonesa Chie Mihara
Es una gran conocedora del sector de lujo. No en vano, Susana Campuzano, licenciada en Geografía e Historia y especializada en Historia el Arte, dirige el programa de Dirección y Gestión Estratégica del Universo del Lujo de IE Business School. También es socia directora de la consultora Luxury Advise, y previamente fue directora de marketing de Chanel, firma por la que siente verdadera devoción, ya que marcó buena parte de su estilo, como también influyó en su concepción de la moda su paso por Value Retail.
“Tenía un estilo formado conforme a mi historia personal, ya que accedí primero a la moda italiana y al principio seguía las tendencias de este país, colores tierra, faldas de corte Armani, hasta que entro en Chanel y adquiero un estilo más afrancesado, en colores blanco y negro, un uniforme perfecto para trabajar”, explica Campuzano, nacida en Madrid, que por pura coquetería prefiere no desvelar el año en el que ha nacido. Y no fue hasta que entró en la firma de centros outlet cuando empezó a añadir otras marcas y tonalidades a su vestuario.
“Soy muy de mezclar, aunque creo que soy muy coherente con lo que soy”, afirma la autora de los libros El universo del lujo y La fórmula del lujo. Señala además que le gusta comprar en tiendas multimarca y en El Corte Inglés, sobre todo calzado.
Segunda piel
Siempre lleva un reloj de Chanel, de porcelana blanca. “Es mi segunda piel, además soy muy fiel a las marcas”, explica esta experta en el mercado de lujo. Y añade que tampoco se quita nunca un anillo de diamantes de Yanes. “Me gustan los objetos que me hacen sentir cómoda, y son los que me acompañan”. También cita las sideritas, unos minerales que siempre tiene en casa, “porque captan la mala energía y limpian”.
El mejor perfume
Cree que perfumes hay muchos y muy buenos, sobre todo Coco Mademoiselle o Cristalle, ambos de Chanel,Dior, Stella McCartney, pero si existe uno que marque la diferencia para Campuzano este es Eau du Soir de Sisley. “En perfumes, soy mucho de mezclar, pero este me parece muy especial”. A lo que también es fiel es a su lectura de cabecera. “Las obras del filósofo Carl Jung, que me ayudaron a entrar en el lujo por la filosofía”.
Bolso emergente
Le gusta apostar por marcas, que hagan las cosas de manera diferente. Por ello, siempre lleva bolsos de una firma de lujo emergente española, Onesixone, a la que ha asesorado en su lanzamiento al mercado. También acostumbra, desde hace 14 años, a llevar una cartera de Loewe, “con logos, pero no me la quito nunca porque es muy práctica, ya que meto el ordenador y todo lo que necesito”.
Fiel a la japonesa
Todos los años compra al menos un par de zapatos de la japonesa, afincada en España, Chie Mihara. Por varias razones:comodidad, diseño y calidad. “También compro prendas casual en Uniqlo y Abercrombie, y me gusta alquilar prendas cuando tengo un evento especial en 24 Fab”, aunque reconoce que le gusta ver lo que compra primero en internet y luego se lo prueba en la tienda.
Venecia es su lugar
“Allí nací al mundo de la moda. Mi vida estaba programada para dedicarme al arte, pero fue en esta ciudad donde me adentré en otro sector diferente, como es la moda”, explica Campuzano, que considera este lugar el nexo entre ambas áreas. De hecho, el próximo capricho que se dará será un viaje a Sicilia, “me gusta mucho vivir experiencias, creo que eso es lo que nos va forjando como personas”.
Dieta sana
No es de mucho comer ni de tener un restaurante preferido. Y si tiene que elegir, Susana Campuzano prefiere la comida italiana a cualquier otra opción, siempre y cuando sea “honesta y de productos naturales”. Lo que sí le interesa es el impacto que tienen, y van a tener, las nuevas tecnologías dentro del nuevo concepto del lujo. “Hasta ahora las marcas han sido decorativas, pero con la tecnología entran en otra dimensión”.