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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La subida de precios del turismo se justifica solo con más calidad

El constante flujo de viajeros que eligen España para pasar sus vacaciones no cesa de crecer y de pulverizar récords. Si el año pasado la cifra alcanzó los 75,3 millones, en este ejercicio puede llegar a los 84 millones, un hito que permitiría a la industria turística española disputar el liderazgo a la francesa. Las cifras hasta abril confirman esa previsión: 20 millones de viajeros, lo que supone un 11,6% más que el mismo periodo del año anterior. La primera consecuencia del fenómeno ha sido un severo aumento de los precios, no solo por parte de los hoteleros, sino también de los propietarios de viviendas de alquiler vacacional. Los últimos datos, correspondientes a junio, apuntan a un incremento medio de las tarifas de un 13,6% respecto a 2016, que en el caso de Madrid, asciende a un insólito 35%. Destinos turísticos de sol y playa, como Baleares, lideran esta carrera de precios que en algunas localidades alcanzan ya los 3.000 euros por día en julio y agosto. La ocupación para el verano ha seguido el mismo ritmo y llega en algunos casos al 93%.

La masiva llegada de turismo a España se nutre de la recuperación económica global, pero también y en buena parte de la caída de la demanda turística en Oriente Medio, cuyos destinos continúan siendo castigados por la violencia y la inestabilidad política. Ese trasvase de viajeros constituye una extraordinaria oportunidad en el presente, pero también lo es para el futuro, porque abre la puerta a la fidelización de un importante flujo de visitantes llegados a España por circunstancias coyunturales, pero que podrían hacer de ella un destino permanente. Para lograr ese objetivo a medio y largo plazo, es necesario mejorar la calidad de las infraestructuras y de los servicios, un ejercicio que justifica plenamente una subida de tarifas acorde con esa inversión.

Dado que esa profunda reconversión no se ha llevado a cabo, todo apunta a que la creciente subida de tarifas está sustentada principalmente en el vertiginoso aumento de la demanda. Ello constituye un error estratégico y una debilidad para una industria que actúa –y debería seguir haciéndolo en el futuro– como uno de los grandes motores económicos de España.

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