Vitoria sigue pensando en verde
Descubra por qué la capital vasca continúa a la vanguardia como destino sostenible Recorra la ruta de la Senda y de la Almendra Medieval
No tiene ni el Guggenheim ni la playa de la Concha, ni falta que le hace. Vitoria-Gasteiz (250.000 habitantes) solo piensa en verde. Y por varias razones: por los 10 millones de metros cuadrados de parques y bosques que se reparten desde el corazón de la ciudad hasta el anillo periurbano que la envuelve; porque en 2012 la ciudad fue galardonada precisamente como capital verde europea y desde el año pasado presume de la certificación Biosphere Responsible Tourism, que acredita su condición de destino turístico sostenible por parte de la UE.
Hasta su catedral, la de Santa María, está aún muy verde, tanto que parece inrestaurable (y tanto mejor así).
Con 143.223 visitantes en 2016, según datos de la oficina de turismo de Vitoria-Gasteiz, no compite con sus hermanas mayores del norte. Sin embargo, entre toda esta selva de espacios naturales se esconde una ciudad heterogénea, inquieta y vibrante.
El precioso casco medieval conserva intacto su trazado con forma de almendra, y de ahí su nombre. Las amplias calles peatonales lucen elegantes edificios dieciochescos y conforman el barrio del Ensanche. Los conciertos, eventos medioambientales y festivales, como el de jazz, amenizan cada fin de semana alavés, acompañe el tiempo o no, y el arte callejero ha encontrado en una ciudad tan aparentemente clásica un estupendo lugar para asentarse.
No nos olvidemos de las rutas de poteo por los antiguos barrios gremiales, o eso de ponerse morado a base de pintxos y de beberse media Rioja Alavesa. Vamos a poner, de una vez por todas, a Vitoria-Gasteiz en el mapa.
Ruta de la Senda
Antes de comernos la Almendra Medieval vitoriana, recorreremos el amable paseo de la Senda. Este recorrido de 6 km discurre a través de instalaciones deportivas, como el estadio de Mendizorroza, y conduce a preciosos palacetes, como el Augusti, sede del Museo de Bellas Artes; Villa Sofía y Casa Zuloaga, del arquitecto Julio Saracíbar, o el Palacio de Ajuria Enea, residencia del lehendakari cuando está en Vitoria.
Esta senda verde, cómo no, comienza en el parque de Armentia, donde luce orgullosa la basílica románica de San Prudencio, patrón de Álava, entre un bosque de quejigos, hayas y encinas que reúne en romería anual a todos los alaveses cada 28 de abril.
El paseo de Cervantes prosigue con el de Fray Francisco de Vitoria, peatonal en su parte central, con gigantescos árboles que refrescan y acompañan el caminar de los vitorianos hasta el parque de la Florida. Este vergel fue creado en el siglo XIX como jardín botánico, con casi cien especies de árboles y arbustos y un bonito quiosco donde se celebran conciertos los sábados y domingos.
Almendra Medieval
La plaza de la Virgen Blanca es el mejor lugar para tomarle el pulso a la capital vasca. La majestuosa escultura de piedra y bronce corona la explanada, entre edificios con tradicionales galerías acristaladas, y rememora la batalla de 1813 contra las tropas napoleónicas.
Tras contemplar la imagen de la Virgen Blanca en la iglesia de San Miguel Arcángel, en la cara norte de la plaza, subiremos hasta la calle de Santa María, pasando la plaza del Matxete. Nos encontramos ahora en lo alto de la Almendra Medieval, declarado Conjunto Monumental en 1997.
Desde esta pequeña colina se delinean cuatro cantones que conectan con las antiguas calles gremiales como la Cuchillería, siempre rebosante de bares donde se congregan los adoradores del poteo, entre pintxos, chacolí y vinos de la Rioja Alavesa.
Podemos observar que la catedral de Santa María sigue abierta por obras, así que pongámonos el casco y comprobemos cómo evoluciona la restauración de esta joya gótica del XIV.
Descendamos por el paseo escalonado de los Arquillos, desde la plaza del Matxete hasta plaza de España, que alberga el neoclásico Ayuntamiento de Gasteiz, puerta de entrada al Ensanche. Esculturas diseminadas por sus calles entre edificios modernistas, restaurantes en boga, tiendas refinadas y diversas áreas naturales.
Vitoria es una de esas ciudades en constante cambio, de efervescencia cultural y espíritu silvestre. Puro Euskadi.
Directos al green alavés
El Anillo Verde es un proyecto de recuperación medioambiental de los parques que rodean la ciudad. Esta gran área de uso recreativo conecta los entornos de Armentia, Olarizu, Salburua, Zabalgana, Zadorra y Errekaleor entre arboledas, ríos, humedales y praderas de gran valor ecológico. Se puede acceder fácilmente desde Vitoria por sendas habilitadas.
Golf en Izki. En el sudoeste de Álava, a 45 minutos de Vitoria, el Parque Natural de Izki fue el lugar elegido por Seve Ballesteros para diseñar un campo de golf de 18 estupendos hoyos, de amplias calles rodeadas de robles y acebos en 98 hectáreas. www.izkigolf.eus.