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El patinazo de May agrava el riesgo de un 'brexit' brutal y sin acuerdo

Bruselas adviete que el riesgo de una ruptura total es cada vez mayor La debilidad de May pone en peligro la estabilidad de sectores neurálgicos

Ni blando ni duro. El brexit podría acabar siendo brutal como consecuencia del histórico costalazo electoral de Theresa May, que en las elecciones generales del Reino Unido celebradas el jueves perdió la mayoría absoluta y se quedó con 318 escaños.Su rival, el laborista Jeremy Corbyn, mejoró en 29 escaños los resultados de 2015 hasta 261.

El patinazo de la primera ministra, que había adelantado tres años las elecciones con el objetivo de fortalecerse de cara a la trascendental negociación del brexit, ha ampliado y profundizado el socavón político y económico abierto hace un año por el referéndum sobre la salida de Reino Unido de la UE.

La primera ministra anunció el viernes su intención de formar un Gobierno apoyándose en los 10 escaños obtenidos por el DUP, el partido unionista de Irlanda, tradicional enemigo de los católicos de Dublín.

Pero la fórmula plantea serias dudas en un país poco acostumbrado a las coaliciones. Y la rebelión interna de los tories amenaza con socavar la estabilidad de May desde el primer día.

La primera ministra, que la noche electoral apenas podía disimular su tremendo disgusto, se mostró desafiante el viernes y se comprometió delante de Downing Street a agotar los cinco años de legislatura y “convertir en un éxito el brexit según el calendario previsto”.May incluso parece dispuesta a iniciar las negociaciones con Bruselas el próximo 19 de junio, como desea la Comisión Europea.

Pero Bruselas teme que la fragilidad de la primera ministra, o de quien asuma el relevo, impida alcanzar un acuerdo en los 22 meses de plazo que quedan para consumar el brexit en marzo de 2019.

“No sabemos cuándo empezarán las negociaciones pero sabemos cuándo terminan”, señaló el viernes el siempre directo y tajante Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. Y advirtió a los británicos que más les vale “hacer todo lo posible para evitar que la ausencia de acuerdo sea el resultado de unas negociaciones inexistentes”.

May alardeó durante la campaña que prefería no alcanzar un acuerdo antes que resignarse a un mal acuerdo. El órdago puede volverse contra ella ahora que ha perdido la mayoría absoluta en lugar de ampliarla.

La falta de acuerdo podría desestabilizar la actividad empresarial e inversora en numerosos sectores estratégicos, desde el transporteaéreo al energético o el farmacéutico, pasando, sobre todo, por los mercados financieros, en los que la City londinense juega un papel esencial.

El impacto de un brexit sin acuerdo sería peligroso para ambos lados del Canal de la Mancha, pero potencialmente devastador para Reino Unido, según un análisis del instituto londinense Centre for European Reform (CER), previo a las elecciones del 8 de junio.

“La UE puede mitigar sus daños y castigar a Gran Bretaña en áreas que no le supongan un gran coste”, advertían los autores del análisis, John Springford y Simon Tilford. Y, en cambio, auguran a Reino Unido un escenario de pesadilla con una devaluación de la libra esterlina

hasta la paridad con el euro y el dólar; una escalada de la inflación; y “una profunda recesión” con grave daño para las finanzas públicas del Reino Unido.

¿Prórroga?

May solicitó oficialmente la salida de la UE el pasado 29 de marzo, en base al artículo 50 del Tratado de la UE, que prevé la salida definitiva del país en un plazo de dos años con o sin acuerdo. El artículo permite prolongar el plazo, una posibilidad que nunca cabe descartar en Bruselas. Pero la prórroga no depende de Londres, sino de la voluntad de los 27 socios restantes de la UE, que deben aprobarla por unanimidad.

En un contexto político fluido, parece muy probable que la UE aceptase negociar más allá del 29 de marzo de 2019, para evitar una ruptura brutal de imprevisibles consecuencias económicas. Pero el ambiente entre Bruselas y Londres no ha dejado de empeorar desde el referéndum y podría ir a peor. “Antes de hablar de prolongar las negociaciones tiene que haber negociaciones”, ha advertido hoy el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Juncker insiste en que la CE ya está lista para empezar “mañana por la mañana a las 9:30 si hace falta”. Pero, de momento, no tiene con quién.

¿Qué ‘brexit’?

El resultado electoral ha ampliado también la incógnita sobre qué tipo de brexit desean los votantes británicos, con los diferentes bandos proclamando que se sienten reivindicados.

Los partidarios del brexit duro destacan que los conservadores de May han logrado un elevadísimo porcentaje de votos (44%, seis puntos más que en 2015), lo que muestra la voluntad popular de seguir adelante con el proceso como sugería la primera ministra.

Entre los defensores de seguir en la UE, la pírrica victoria de May (que partía con una mayoría absoluta de 16 escaños y se ha quedado en minoría) se interpreta como un paso atrás en el brexit. Los más drásticos, aglutinados en torno al ex primer ministro laborista Tony Blair, incluso abogan por desactivar el artículo 50 y frenar en seco la separación de la UE.

Las señales, sin embargo, son equívocas. Conservadores y Laboristas, que prometían la irreversibilidad del brexit, han logrado 579 escaños de 650. Los Liberales, abanderados del mensaje más europeísta, han subido cuatro escaños pero han perdido un punto porcentual de votos. Y los nacionalistas escoceses, que incluso amenazaron con la independencia como vía de permanecer en la UE, han caído dos puntos y han perdido 21 escaños.

El brexit duro de los conservadores deberá conciliarse, además, con el brexit blando que defienden los unionistas irlandeses, un cocktail que fuentes europeas temen que incluso pueda poner en peligro los Acuerdos de Paz del Viernes Santo en Irlanda.

"Nos preocupa la situación en Irlanda del Norte", señaló el eurodiputado alemán Manfred Weber, líder del grupo Popular en el Parlamento Europeo. "No debe ponerse en peligro el proceso de paz", añadía Weber.

Las elecciones llamadas a aclarar la negociación del brexit han acabado por confundir aún más el escenario tras una campaña en que ni May ni Corbyn se atrevieron a detallar qué relación desean con la UE. Sus titubeos han cosechado más desorientación.

El CER, en un análisis publicado el viernes, no descarta un final prematuro de la legislatura (que debería acabar en 2022) y que las nuevas lecciones “en las que la campaña deba confrontar finalmente la dura realidad del brexit”.

La secuencia podría pasar por el inicio del brexit, una pausa para celebrar elecciones sin May, y reinicio de las negociaciones entre Bruselas y Londres. Cualquier cosa con tal de evitar una ruptura.

total.

desorientación.

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