El regulador enseña los dientes con Popular
El caso muestra la rapidez con que pueden fallar los bancos, y de formas inesperadas Parece un negocio bueno para Santander, aunque puede afrontar demandas
La jefa de Santander, Ana Botín, recogerá un animalito atropellado por la regulación europea. Popular es el primer banco desmantelado por la autoridad de resolución continental. Es una solución ordenada que evita el apoyo de los contribuyentes o el caos financiero, pero dejará inquietos a otros bancos débiles.
El Mecanismo Único de Resolución parecía un poco innecesario después de que varios bancos italianos recibieran inyecciones estatales, aprovechando las lagunas de la normativa europea. Con Popular, ha demostrado que tiene dientes y puede utilizarlos con rapidez. El banco estaba tratando de recaudar capital, pero la autoridad intervino cuando comenzó a sufrir una crisis de liquidez. Dada la escasez de señales de contagio, esto animará al regulador a actuar rápido en otras situaciones.
Parece un negocio en general bueno también para Santander. Aunque el precio nominal es de solo un euro, el coste real es de 7.900 millones, las provisiones que tomará contra futuras deudas incobrables. El acuerdo debería generar un retorno del 13% para 2020, por encima de la rentabilidad de capital propio proyectada para 2019, del 11%. Los riesgos: los accionistas que participaron en la anterior emisión de acciones de Popular podrían demandar a Santander, y los libros del banco comprado podrían ser peores de lo esperado.
La verdadera lección es la de los tiempos. El caso muestra la rapidez con que pueden fallar los bancos, y que lo hacen de formas inesperadas. Había aprobado los test de estrés el año pasado, y su ampliación de capital tuvo la bendición de reguladores y banqueros. Los tenedores de bonos subordinados Tier 2, que cotizaban por encima del 80% de su valor nominal, acabarán sin nada. Puede que sean más temerosos en el futuro.
Pero este caso puede no ser extrapolable. Popular era relativamente pequeño, y estaba visiblemente peor que sus pares. El crecimiento relativamente rápido de la economía española hace que sea más fácil generar capital, y explica la voluntad de Santander de expandirse. Trasladar la resolución a situaciones con bancos más débiles o menos rentables –como Italia– puede ser más difícil. No todos los animales atropellados caen sin pelear.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de Cinco Días.