La nueva ‘City’ europea no será una ciudad, sino muchas integradas
Los mercados de valores la UE equivalen al 15% de la capitalización bursátil mundial
La pesada maquinaria europea, lenta y burocratizada, tiene capacidad para acelerar sus procesos cuando las circunstancias se lo exigen. Así está ocurriendo con el proyecto de impulsar un mercado único europeo de capitales, cuya creación se ha acelerado ante la necesidad de sustituir el liderazgo de la City como corazón financiero de la Europa del euro. La urgencia de acometer ese proyecto ha logrado desatascar varias normativas que estaban congeladas. Una de ellas es la nueva legislación sobre titulización, un acuerdo que, según la Comisión Europea, podría liberar hasta 150.000 millones de euros en capital adicional para la financiación del tejido empresarial europeo. La otra es el nuevo reglamento sobre capital riesgo, que ampliará el número de gestores que pueden participar de ese mercado, así como el tipo de empresas que pueden optar a ese tipo de financiación. La UE ya ha aprobado casi dos tercios de las 33 reformas necesarias para poner en marcha la Unión de Mercados de Capital.
El proyecto de un mercado financiero unificado nació en 2015 como respuesta a los intereses de Reino Unido, que aspiraba a fortalecer todavía más su liderazgo como plaza financiera mundial. Tras la salida de Londres del club del euro, el reto está en acelerar una integración que funcione como mercado alternativo a Reino Unido, con volumen y liquidez suficientes como para plantar cara a la City.
Es esta la verdadera alternativa a Londres, por encima de las candidaturas de Madrid, París, Fráncfort o Ámsterdam. No en vano los mercados de valores de la UE equivalen en su conjunto al 15% de la capitalización mundial, frente al 5% que suma Reino Unido. Todo ese potencial está mermado por un mercado fragmentado, con unas barreras nacionales que se han incrementado tras la crisis de 2008. Parece acertada la idea de no centralizar todo el poder financiero en una plaza, sino apostar por varias; como también apurar la aprobación de la normativa legal que resta para tener lista la integración en 2019. Se trata de la fecha de consumación del brexit; sería deseable que lo fuese también de la nueva City europea.