British y las eléctricas difieren sobre las causas del colapso aéreo
SSEN pone en duda la subida de tensión que sirvió para que la aerolínea explicara su fallo informático Ryanair asegura que tiene triplicados sus sistemas y que son gestionados por personal propio
British Airways ha comenzado el día con el sistema informático en pie y la expectativa de cumplir con su programación tanto en el aeropuerto londinense de Heathrow como en la plaza vecina de Gatwick. Pero la mayor aerolínea británica está lejos aún de retornar a la normalidad tras el colapso aéreo del fin de semana. Tanto en los mercados financieros como la propia opinión pública piden explicaciones.
Comienza ahora la tediosa labor de recuperar y devolver el equipaje de miles de los 75.000 afectados por las cancelaciones de vuelos, así como la recepción de las reclamaciones. Pero, sobre todo, se ha abierto una investigación interna en busca de argumentos sólidos sobre el caos con epicentro en Heathrow y que afectó a 170 aeropuertos de 70 países.
El consejero delegado de British, Alex Cruz, reconoció la caída del sistema informático y que no había entrado en funcionamiento el sistema de apoyo. Y lo achacó a una “potente” sobrecarga eléctrica. Versión que ha sido puesta en entredicho por los proveedores de energía tanto de la empresa como del aeropuerto.
Sin picos de tensión
Las eléctricas que supuestamente podrían estar involucradas se han desmarcado de la crisis. Un portavoz de Scottish and Southern Electricity Networks (SSEN) ha asegurado a Reuters que la empresa no había registrado ninguna incidencia en la mañana del sábado en su red de Harmondsworth, donde se encuentra la sede central de la aerolínea.
Del mismo modo, UK Power Networks, que presta servicio en la zona del aeropuerto de Heathrow, negó cualquier tipo de incidencia en el suministro.
A falta de una versión más completa que la ofrecida por Alex Cruz el lunes, el impacto negativo de la crisis, ocasionada según la empresa por un fallo informático, será de 100 a 150 millones en los resultados a la luz de las primeras estimaciones de analistas independientes.
El holding IAG, al que pertenece la aerolínea británica junto a Iberia, Vueling y Aer Lingus, se ha examinado hoy en la Bolsa británica tras el lunes festivo: la acción se ha dejado un 1,38% en Londres, mientras recuperaba terreno en Madrid, apreciándose un 2,35% por título.
El fin de semana negro para British tuvo eco incluso en la cuenta de Twitter de la mayor low cost europea, la irlandesa Ryanair, que bromeó con la situación vivida por su competidora. Su responsable de marketing, Kenny Jacobs, despejó cualquier duda sobre la solvencia de las comunicaciones de su compañía al asegurar en un programa de radio de la BBC que la low cost tiene replicados sus sistemas informáticos en tres puntos de Europa, gestionados por personal del departamento de Tecnologías de la Información de la casa.
El comentario viene al hilo de la externalización de sistemas realizada por British en 2016, con la firma de un contrato con el gigante indio Tata. Si desde el sindicato GMB se culpaba del caos de British a la citada externalización, con el fin de recortar costes, el CEO Alex Cruz salió al paso de esas acusaciones asegurando que el fallo no tenía que ver con sistemas gestionados por terceros. Pese a la explicación, no faltaron las voces desde el mercado que advirtieron que British ha podido ir demasiado lejos con el tijeretazo de costes en áreas estratégicas.
Premio de S&P
- Subida de rating. Standard and Poor’s (S&P) ha elevado un escalón la nota crediticia a largo plazo de British Airways, que pasa de ‘BB’ a ‘BB+’ con perspectiva estable. La entidad fundamenta su decisión en la mejora de los fundamentos financieros tanto de British como del holding IAG.
- Hecho puntual. La agencia de calificación se ha referido al colapso del fin de semana como un evento puntual que afectará solo a corto plazo. También ha resaltado la fuerte posición competitiva de la aerolínea británica, así como la resistencia demostrada a los efectos del brexit.